
Cuando Félix Pedro Guillén Fonseca recibió en 2008, por las máximas autoridades política y gubernamental de Granma, tres hectáreas de tierra como obsequio por su Premio de Medio Ambiente, nunca imaginó que volver a sus raíces campesinas le propiciaría satisfacción y podría con ellas ayudar a su gente, y al pueblo.
Azadón en mano y con muchas ganas, y experiencia de sus primeros años de vida, por allá por la Sierra Maestra, comenzó la transformación de aquel terruño que se dividió en una y media hectáreas para frutales y una y media para el autoconsumo familiar.
Poco a poco, año tras año, crecieron allí las 106 especies de árboles frutales con mil 128 variedades de frutas, entre ellas níspero, guayaba, mango, aguacate, coco, canistel, zapote, plátano fruta, caimito, caimitillo, tamarindo, ciruela china y anoncillo.
“Siempre nos preocupamos por tener la mayor variedad posible, manifiesta este hombre que pese a sus 78 años aún la tierra agradece la caricia de sus manos, por eso nos extendimos también a sembrar vita nova, higo, pera, pepinillo, así como se inserta al plantío media hectárea de café robusta.
“Mire usted, me dice y el orgullo salta de sus ojos, hasta la cerca es experimental, con árboles maderables y frutales de alto valor económico, como la Majagua azul, Yamagua, Caoba, Júcaro, Guásima, Campeche, Copey, caña fístula, Espino, Roble Blanco, y la Palma Criolla y la Real”.
¿Y los fertilizantes?
Sonríe y responde: “Nada de eso, aquí los fertilizantes son orgánicos, nada de químicos, tan así que aplico 65 aporques ecológicos y los resultados son siempre estables y por encima de los previsto.
“Le cuento más, destaca quien lleva una vida dedicada a las tareas de la Revolución y de entrega incondicional a los suyos, al barrio, en esta finca tenemos dos estanques para el cultivo de peces y contamos con riego directo, por aspersión.
Otra interrogante irrumpe porque nos parece que Félix Pedro tiene secretos para desdoblarse en muchos Guillén, con tantas responsabilidades arriba, entre ellas el de ser delegado del Poder Popular, en el reparto Marcial Jiménez de Campechuela, y la respuesta no se hace esperar.
“No, soy uno solo, pero todo lo hago con amor, por mi compromiso con la gente y la Revolución. Trato en todo momento de ser ejemplo y la comunidad, los vecinos, te sigue, te apoyan en cuanta tarea emprendemos, bueno tal vez así, si somos muchos Guillén.
“Ah y en qué tiempo atiendo la finca, pues cada vez que puedo, principalmente en las tardes. Es una tierra rojiza, rica en hierro, fácil de trabajar si ponemos empeño. Aquí me ayudan mi nieto que es ingeniero agrónomo, y algunos vecinos de la comunidad”.
Destaca que estas tres hectáreas de tierra en manos de Félix Pedro Guillén llevan el nombre de finca agroecológica de frutales La Pera, adjunta a la cooperativa de créditos y servicios Horacio Rodríguez Hernández, mediante la cual se comercializan las cosechas y se entregan donaciones a centros asistenciales del municipio y a personas vulnerables en el barrio.
Desde el 2016 ostenta la condición de Joya de Cuba, categoría de Excelencia y Quinta Corona de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, también el Sello 65 Aniversario de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños.
“Mire periodista -señala- he trabajado y seguiré trabajando y a los jóvenes les digo que echen para adelante, pues hay que producir alimentos y ser fieles a nuestros principios, la unión hace posible la victoria”.
Brillan sus ojos emocionados, y el estrechón de manos, por cierto bien fuerte, dicen por sí solos que este productor de la tierra no escatima esfuerzos en la construcción de una sociedad mejor.