
“El mar lanza lenta su mordida, y abre una zanja en la tierra, hasta que los dientes de sal no pueden ya con los huesos de la montaña y se detiene. Nace una ensenada. ¿Una mora guarda su perla de amor o los barcos duermen allí el vendaval del tiempo, peligros y arreglos? Ya qué importa. Lo cierto y mágico es que allí crece una cantazón de sombras y claridades. Crece un poeta para nombrar las cosas como en los días del Génesis”.
Allí, al sur del Oriente cubano, entre el mar y la montaña, en Pilón, nació Alex Pausides Aguilar Licea, de abuelo y padre decimistas, cuyo apego a lo natural, a las tradiciones, lo inclinaron por la literatura.
“A los 11 años de edad, tuve un maestro que me regaló varias novelas ilustradas que despertaron la vocación por ser algún día un escritor, un novelista. Por ese tiempo, no sabía que la poesía, más que un género literario u oficio, es una posición de principios, de sentimientos y valores, la visión singular de lo que te rodea”.
TIERRA ADENTRO
“Pude ser ingeniero agrónomo, si no hubiera encontrado antes otra zona de cultivo, la escritura, al final de la década de los años 60, del pasado siglo.
“Una noche descubrí, en la terminal de Mayarí Abajo, dos cuadernos rubricados por Rubén Darío y César Vallejo, que me cambiaron la vida. Sentí la necesidad de desentrañar los misterios de la naturaleza mediante la poesía, en vez de estudiar la tierra.
“Tenía 19 años y, como la naturaleza siempre fue parte de mi vida, escribí el primer libro de poesía; tiene que ver con ella y el modo de imbricarse con la historia”.
LA POÉTICA
Desde entonces brotaron sus poemas como una extraña desnudez, muchos traducidos al portugués, francés, italiano, inglés, rumano, ruso y alemán, en algunas de las más importantes antologías de la poesía cubana, registrados, además, en: Ah, mundo, amor mío,1978; Aquí campeo a lo idílico, 1978; Malo de magia, 1990 y Palabras a la innombrable, 1992.
Los libros, como las plantas, necesitan suelo fértil para crecer, razón por la que también aparecieron sus versos en: Cuaderno del artista adolescente, 1993; Habitante del viento, 1995; La casa del hombre, 1996; La tinta del alcatraz,1997; Llaman desde algún sitio feliz…, 1998; Pequeña gloria, 2000; Canción de Orfeo, 2004; Ensenada de Mora, 2005; La extensión de la inocencia, 2006; Caligrafías, 2010, y Arte oriental, 2014…
Este consagrado intelectual, que atesora la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez, otorgada en 2021, se enorgullece por haber dejado sus huellas literarias en Manzanillo y Bayamo, donde trabajó.
Experimenta también el placer de haber dirigido la publicación cultural El Caimán Barbudo, la vicepresidencia de la Asociación de Escritores, de la Uneac, y actualmente, la coordinación general del Festival internacional de poesía de La Habana, el liderazgo en el Movimiento Proyecto Cultural Sur, fundado en 1994, y de la Colección Sur Editores.
OTROS LAUROS
Premio Abril en 1990, la Gaceta de Cuba, 1999, el de la Crítica, en 2005, Samuel Feijoo, 2009, The Mundus Artium Prize, 2023.
ADELANTE EL VERSO
La filial granmense de la Escuela Nacional de Poesía quedó inaugurada, en Bayamo, con el nombre del bardo y patriota José Joaquín Palma, fundador y director de El Cubano Libre (1868) y autor del Himno Nacional de Guatemala. Minutos antes de la apertura, el también director del Centro Cultural CubaPoesía, Álex Pausides, señaló: “Esta primera representación será la pequeña llama que encenderá la poesía que tanto nuestro país necesita”.