
La disponibilidad de fuerza de trabajo para enfrentar la cosecha se erige entre las mayores preocupantes con las cuales deben lidiar este año los caficultores del municipio granmense de Bartolomé Masó.
Tras el inicio de la actual contienda se dejan ver fisuras relativas a las fuerzas que se necesitan para recolectar, acarrear y procesar el grano, precisó el Ingeniero Juan Ortega Vázquez, especialista de cosecha de la Empresa Agroforestal masoense.
“Para todo ese proceso se requiere del concurso de más de dos mil 300 hombres y mujeres en toda la serranía donde el éxodo de habitantes deja ver notables déficit de mano de obra en varias de sus comunidades, sobre todo las más apartadas y de más difícil acceso”.
“Es por ello que a nivel de empresa se establecen mecanismos que permitan una planificada intervención de fuerza de trabajo externa mediante la habilitación de cuatro campamentos de movilizados con un alrededor de 30 capacidades cada uno”.
Precisa Ortega Vázquez que este movimiento se producirá a partir de la primera quincena de octubre cuando se espera que ocurran aquí los primeros brotes masivos de maduración del grano.
“Para la presente campaña se dispone de igual modo del concurso de más de un centenar de arrieros con sus respectivas arrías de mulos, así como boyeros y otros transportistas encargados del trasiego de café hacia sus diferentes destinos”.
La industria de beneficio, por su parte, también renovó contratos con removedores, trilladores, braseros, custodios y demás personal encargado de los procesos húmedo y seco del cerezo.