
Un nuevo éxito del movimiento deportivo cubano acaba de cristalizar en Gran Bretaña: Cuba es campeón de la Copa Mundial de beisbol para ciegos. Es también un nuevo triunfo del deporte de la Mayor de las Antillas para personas en situación de discapacidad.
En el Farnham Park, de la ciudad inglesa de Slough, los cubanos se midieron en la final con el monarca defensor, el seleccionado italiano, en duelo de cerrado marcador (2-1). Caribeños y peninsulares llegaron empatados a uno a la cuarta entrada, en la cual dos sencillos consecutivos y una conexión por dentro del cuadro de Maikel Barroso dieron el título del orbe a los cubanos.
Se trataba no solo de un choque ante el ganador de la lid anterior, sino, además, frente al país que le entregó al mundo esta modalidad, para que los deportistas con discapacidad visual pudieran enseñar su talento en una lid mundialista, representando a sus naciones.
Si hoy tenemos una justa como esta, se le debe a Alfredo Meli, exjugador de beisbol de Bologna, junto a un grupo de compañeros de equipo, que en 1993 concibieron la propuesta y, un año después, celebraron el primer juego.
Como parte del calendario, italianos y cubanos se habían enfrentado en la fase de grupos, en un encuentro que se saldó con un empate a seis carreras, pues en esta versión del beisbol, como en la Liga Japonesa, los empates también cuentan. Pero los dirigidos por Roberto Carmona mostraron su calidad durante todo el certamen.
Además de esa igualada, batieron, por 5-0, a los británicos en semifinales, después de doblegar en su llave a Países Bajos, con marcador de 8-1, y a China, con pizarra final de 8-0.
Pakistán impuso su clase para vencer, por 6-0, a los anfitriones, con lo que alcanzó la medalla de bronce en esta Copa Mundial, organizada por la Federación Británica de Beisbol y auspiciada por la Confederación Mundial de Beisbol y Softbol.