La vida de Luis Marcano recorrió un largo camino desde Santo Domingo a Cuba, desde soldado hasta general. Fue una trayectoria fecunda en acontecimientos y brillante como destacado luchador por la independencia de Cuba en sus primeros siete meses de duro batallar contra los batallones españoles.
Luis Gerónimo Marcano Álvarez, nació en el poblado de Baní, República Dominicana, el 29 de septiembre de 1831. Era hijo don Félix Marcano, un funcionario judicial, y doña María de La O Álvarez. El país vivía bajo la ocupación de Haití, por lo que eran frecuentes las conspiraciones para lograr la independencia.
El proceso independentista estalló en febrero de 1844 y en noviembre fue proclamado como su primer presidente constitucional el general Pedro Santana.
En estos tiempos de paz, el viejo Félix Marcano trató de que sus hijos Luis, Félix y Francisco trabajaran como sastres, pero prefirieron dedicarse al corte y tráfico de maderas preciosas, en la zona de Yaguate, situada al oeste de Baní.
LA VIDA MILITAR EN SANTO DOMINGO
El Ejército Dominicano derrotó varias incursiones de tropas haitianos al país. Sin embargo, ante la nueva escalada que llevaron a cabo en septiembre 1855, el general Pedro Santana movilizó las milicias. En este cuerpo Luis Marcano y sus hermanos participaron en varios combates. Unos días después de cumplir 24 años, Luis recibió el ascenso de teniente de infantería. Entonces pasó al Estado Mayor de Santana, siendo uno de sus ayudantes de campo.
Pero aquel ensayo de república confrontaba muchos problemas, sobre todo la persistente porfía haitiana de dominarlos de nuevo. Ante esta compleja situación, el presidente Santana en marzo de 1861 convenció a todos de la necesidad de solicitar la anexión al Reino de España.
Desde entonces no existió un liderazgo sólido en la nación dominicana. Muchos patriotas rechazaban el tutelaje español. Por eso, el 16 de agosto de 1863, con el Grito de Capotillo, fue proclamada la segunda independencia, dirigida por Santiago Rodríguez, Benito Monción y Gregorio Luperón, entre otros. En tanto, el general Santana puso las Reservas Dominicanas al servicio de España. En estas fuerzas militaban el capitán Luis Marcano y sus hermanos.
Después de dos años de guerra, en junio de 1865 los patriotas derrotaron a los españoles. En los acuerdos de paz se establecía que los miembros de las Reservas Dominicana serían expatriados a Puerto Rico, Cuba y Filipinas, bajo el dominio español.
De esta manera, el ya comandante Luis Marcano pasó a Cuba, junto a sus hermanos. En igual condición de proscritos se hallaban el mariscal de campo Modesto Díaz Álvarez, el coronel Francisco Javier Heredia y el comandante Máximo Gómez, entre muchos más.
SU PRESENCIA EN EL ORIENTE CUBANO
Llegaron al puerto de Santiago de Cuba el 11 de julio de 1865, en el vapor Pizarro. Con la ayuda de otros dominicanos establecidos en la región oriental, pronto los Marcano encontraron empleo en los cortes de maderas al sur de Bayamo. Entonces se establecieron en el caserío de El Dátil, donde Luis se casó con Lorenza Díaz, hija del general Modesto Díaz, con la que tuvo dos hijos.
A mediados de 1866 los hermanos Marcanos se trasladaron a la zona de Manzanillo, donde en los amplios terrenos de Callahacas y Jibacoa tenían lugar cortes de maderas. Uno de los dueños de Callahacas era el abogado y hacendado Carlos Manuel de Céspedes, con quien compartieron episodios de las guerras en Santo Domingo.
A los dominicanos no fueron ajenos los ajetreos de los patriotas cubanos para lograr la independencia de España. Uno de los primeros en conectarlos para estos fines fue el hacendado Luis Figueredo Cisneros, comisionado por el Comité Revolucionario de Bayamo, presidido por Francisco Vicente Aguilera.
Sin miramiento alguno aceptaron la proposición, dispuestos a luchar por la liberación de su patria adoptiva. Desde ese momento se dedicaron a entrenar militarmente a los hombres que organizaban Carlos Manuel de Céspedes, Manuel de Jesús Calvar (Titá) y Bartolomé Masó.
LUCHADOR INDEPENDENTISTA
El 9 de octubre de 1868, víspera del día escogido para proclamar la independencia, Céspedes despachó a Rafael Caymari para avisar a Luis Marcano en los montes de Jibacoa. Por tanto, en la próxima jornada se alzó al frente de unos 100 hombres. En tanto, Céspedes dio el grito de libertad en su ingenio azucarero La Demajagua, donde esperaba se le sumara Marcano.
El 11 de octubre, incursionó por Jibacoa el general de división Jaime Santiesteban, quien andaba en su búsqueda, al mando de 200 hombres salidos de La Demajagua. De esta manera conoció que Céspedes avanzaba hacia la Sierra de Nagua, al frente de unos 500 patriotas. En la tarde, estando en la sabana de La Orilla escucharon un tiroteo en dirección a Yara. Era Carlos Manuel enfrentado a una tropa española que le atacó al entrar al poblado de Yara.
Al amanecer del 12, ambas fuerzas se encontraron en la hacienda de Cabagán, al sur de Yara, hacia donde se había replegado la tropa de Céspedes. El plan del General en Jefe del Ejército Libertador era organizarse y atacar Bayamo. Sin embargo, Marcano propuso retroceder e ir contra la columna de Villares y cargarla de nuevo. Céspedes expresó que si ellos querían hacerlo por estar frescos no habría ningún inconveniente, pero que en cuanto a los que iban en retirada no, por estar prácticamente inutilizado el armamento y las muchas fatigas.
Entonces el dominicano desistió, acordando dirigirse todos a la hacienda Canambrosio. Enseguida despacharon prácticos a caballo en todas direcciones para que las compañías fueran conducidas al nuevo campamento. El plan del General en Jefe Céspedes era atacar la villa y puerto de Manzanillo, acción que daría a conocer la pujanza del movimiento revolucionario, apoyado por Masó y Titá Calvar. Pero Luis Marcano, más práctico en cuestiones militares, les demostró que sería de mucho más afecto político y militar capturar la ciudad de Bayamo.
Con el tacto adecuado, manifestó: “El plan de atacar Manzanillo no es malo, pero no es oportuno. No es Manzanillo, sino Bayamo el lugar que usted debe escoger para la acción. ¡Ahí está Bayamo! Bayamo tiene muchas armas y municiones que necesitamos, porque las guerras no se hacen con machetes solamente. Dejemos a Yara y Manzanillo por ahora, y adelante con la abnegación y perseverancia. Ya el grito inmortal está dado, urge no perder tiempo”.
Los puntos de vistas del dominicano fueron aceptados sin replica y todos los aprobaron como más juiciosos. La exclamación de todos fue: “¡A Bayamo! ¡A Bayamo!”
En Canambrosio las fuerzas insurrectas, ascendentes a unos 800 hombres, fueron reorganizadas. El general Bartolomé Masó renunció a su puesto de segundo jefe del Ejército Libertador y planteó que Marcano estaba en mejores condiciones para desempeñarlo.
El general Masó contó que esta decisión suya contrarió grandemente a Céspedes, pero que le manifestó que creía que serviría mejor a la patria desde las filas de simple soldado y que Marcano pusiera toda su experiencia guerrera al servicio de la causa.
Por eso, en horas de la tarde, una vez reunidas las tropas, Céspedes informó el ascenso de Luis Marcano al grado de teniente general y el puesto de jefe de Operaciones del Ejército Libertador y que el nuevo destino del general Masó sería Intendente General de Ejército y Hacienda.
En su marcha hacia Bayamo, las fuerzas independentistas libraron los combates de sabana de Rivero y Barrancas. El primer parte de guerra redactado por Marcano fue el del ataque al enemigo en Barrancas, el 16 de octubre.
El día 17, en la tarde, acamparon en el ingenio Santa Isabel, a la vista de la añeja ciudad. Atento al plan de operaciones, Marcano seguía con interés las propuestas de Céspedes para la derrota del enemigo. Las fuerzas fueron distribuidas en varias columnas para realizar un avance simultáneo contra las posiciones españolas.
La batalla de Bayamo comenzó el 18 de octubre, a las 10: 00 de la mañana. El general Marcano avanzó con Céspedes por la barranca de La Mendoza y enfrentaron a los contrarios en la Plaza de la Iglesia Mayor. En este punto Marcano recordó a su paisano Modesto Díaz su compromiso de cooperar con los independentistas una vez proclamada la independencia. En el acto, el otro banilejo honró su palabra. Apreciando sus conocimientos militares, Céspedes le ascendió al grado de general de brigada.
La porfía se extendió durante 40 horas, en que el teniente gobernador Julián Udaeta tuvo que pactar con los patriotas. El encargado de llevar adelante las preliminares de paz fue el general Marcano.
En la introducción del acta se plasmaron las razones de la capitulación: el mal estado del cuartel, la escasez de víveres y municiones, lo improbable de recibir refuerzos, el embarazo que producían los muertos y heridos dentro del cuartel y la fetidez de los caballos muertos dentro del recinto. La primera condición establecía que por su heroico comportamiento la guarnición quedaba como prisioneros de guerra con todos los honores de ese derecho.
El 20 de octubre, el pueblo de Bayamo amaneció bajo el frenesí de la victoria. La guarnición rendida fue conducida Al edificio de la Sociedad Filarmónica, en la recién bautizada Plaza de la Revolución. Rodeado por la multitud, el general Perucho Figueredo dio a conocer la letra de la marcha La Bayamesa, himno patriótico cubano.
A las 11: 00 de la mañana, las fuerzas del Ejército Libertador fueron alineadas en la Plaza de la Revolución para la ceremonia de la rendición de la guarnición española. Ante las unidades se colocaron los generales Carlos Manuel de Céspedes, Luis Marcano y Perucho Figueredo. Al dominicano correspondióleer el acta de capitulación, la que firmaron Céspedes, Udaeta y Marcano.
Estas líneas han sido solo el preámbulo del accionar revolucionario del general Marcano al servicio de la justa causa cubana. Los hechos de su vida en el Ejército Libertador fueron fecundos y brillantes en todos los sentidos.La toma de Bayamo, Junto a Céspedes, muestra fehacientemente su talento de estrategia militar. Jiguaní, Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín, Las Tunas y Manzanillo supieron de valor y lealtad a la Revolución. Su contribución fue corta, pero intensa y combativa. Es de los hombres que no deben ser olvidados.