Hace 76 años fue atacado por la espalda el líder portuario cubano Aracelio Iglesias Díaz, acción llevada a cabo por matones contratados por el gobierno de Carlos Prío Socarrás; al día siguiente falleció a causa de los cuatro disparos que recibió.
Nacido en Consolación del Sur, Pinar del Rio se traslada a La Habana en busca de mejores oportunidades de trabajo. Solo encuentra trabajo en el puerto. Allí se hace comunista.
En 1934, el gobierno Batista-Caffery-Mendieta lo condena a tres años de privación de libertad.
En 1938 asume el cargo de financiero del Sindicato de Estibadores y Jornaleros del Puerto de La Habana y más tarde, su secretario general. Fue miembro del comité ejecutivo de la Central de trabajadores de Cuba (CTC).
En 1940 sus compañeros lo eligen para ocupar el más alto cargo del sindicato en el puerto porque para ellos representaba “el alma obrera del puerto”. Reconocen en él a un hombre que resalta por su facilidad para hablar, discutir, y de convencer con argumentos sólidos siempre con la verdad.
Militante comunista y líder sindical de los obreros portuarios cubanos, siempre estuvo en la mira de los gobernantes de turno en la nación caribeña.
Se destacó en el enfrentamiento con las empresas yanquis Flota Balines y Ward Line, además de encauzar la protesta de los obreros contra el Plan Trimestral.
En 1946 ocupó la secretaría de la Federación Obrera Marítima Local del Puerto de La Habana. Con su infatigable lucha al frente del sindicato y el apoyo de sus compañeros, arrancó a los patronos importantes conquistas para los trabajadores, entre ellas el establecimiento de las listas rotativas, aumento de salarios y el descanso retribuido.
Desde 1947, Aracelio conoce que las fuerzas policiales y militares del país reciben órdenes de acabar con las actividades subversivas y a los revoltosos comunistas, pero no cejó en su empeño de continuar la lucha.
Perseguido por Carlos Prio que ocupa la presidencia de la República en octubre de 1948 siguiendo una política anticomunista desata una persecución feroz para acabar con el movimiento obrero comunista mediante amenazas, chantajes, engaños, encarcelamiento y asesinatos para arrebatarles las conquistas a los trabajadores.
En la tarde del 17 de octubre de 1948, un grupo de trabajadores reunidos en el local del Sindicato de los obreros portuarios de la Empresa Naviera de Cuba, acordaban los puntos que entregarían al Ministro del Trabajo con el fin de que anulara una resolución que designaba a Armando Galate como máximo dirigente sindical en el puerto, así como el restablecimiento de la situación de derecho laboral que había sido usurpada por el gobierno de Prío Socarrás.
Terminada la reunión, Aracelio, próximo a retirarse, conversaba con sus compañeros, matones con pistola en mano entran al local del sindicato y lo asesinan por la espalda.