Granma despide a un maestro de generaciones

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Por Luis Morales Blanco | 24 octubre, 2024 |
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FOTO tomada del perfil de Facebook de Yudith Figueredo

Este 24 de octubre nos dice adiós el emérito profesor Manuel Armando Ferriol Bárzaga.

Vino al mundo el 24 de diciembre de 1947, en Zarzal, consejo popular del actual municipio de Bartolomé Masó, en el seno de una familia fundacional de ese territorio en la premontaña de la Sierra Maestra.

Desde que se formó mediante un curso emergente en el instituto pedagógico holguinero, fue inspiración para que otros compañeros siguieran su camino durante varias décadas.

Impartía la Historia con honda maestría, siempre matizada con su vis cómica, que hacía inolvidables aquellas lecciones que acercaban a los próceres y también daba enseñanzas de vida.

Se estrenó como profesor junto a un piquete de jóvenes graduados como él en 1969 y lo hizo en la escuela secundaria básica José Antonio Saco y prosiguió en otros centros urbanos y en el campo.

Todos los que interactuaron con él salían complacidos, sonrientes y agradecidos.
Amante de su esposa, hijos, nietos y sobrinos; no solamente acaparó el cariño para su familia carnal, lo proyectó también hacia su familia política. Este día abre una profunda brecha de dolor para todos.

Como preparador de los exámenes de ingreso a la Educación Superior en su disciplina, su labor fue descollante y hoy, muchos profesionales de distintas ramas agradecen el pedazo de amor pedagógico que supo poner en esa formación.

Ferriol se despide por ahora, pero siempre queda en nuestra memoria, en nuestra cotidianidad, su sonrisa inspiradora, sus sanas maldades, su capacidad para restañar penas y situaciones diversas.

Ostenta, entre muchos premios y reconocimientos, el galardón de la obra Por toda la vida del movimiento deportivo cubano, el de Educador Ejemplar en la Enseñanza general y la medalla de la Alfabetización.

Un premio honrosísimo es el respeto y el cariño que sus estudiantes le tributaban y, solamente con un “Buenos días, profe”, llegando junto a la puerta de su hogar, se producía la evocación, el abrazo y muchos pensamientos positivos.
Hasta siempre, Maestro.

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