Dentro de cada persona existe un poder enorme que espera ser desatado y cuando afloran los desafíos esa fuerza interior es la que impulsa a vencer obstáculos y superar las adversidades del destino.
Tal vez nunca fue consciente de ello, pero esa es la filosofía que aplica diariamente el joven masoense Robert David Granado Reyes para imponerse ante los grandes retos que ha sorteado en su vida.
Desde que llegó a este mundo en 2007 ha tenido que lidiar con una discapacidad motora que, aunque severa, no le ha impedido llevar una vida plena e incluso hacer lo que más le gusta: bailar y practicar deportes.
“Esta discapacidad la tengo desde que nací, a los tres años fui intervenido quirúrgicamente y, a partir de entonces, comencé un período de adaptación, primeramente, a las muletas y luego a una prótesis, con la cual hago de todo”.
Ante la disyuntiva de decantarse por un deporte, Robert David duda, pues le gustan todos los que tengan que ver con la actividad física y, en particular, los que tienen que ver con pelotas.
“En el caso del fútbol me gusta desempeñarme como delantero centro, por ser lo que más le gusta, en el béisbol adoro actuar como pítcher y en baloncesto juego en todas sus posiciones”.
Este joven masoense, residente en la comunidad de la Unidad #1 de la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, estudia en el Instituto preuniversitario rural Delfín Moreno Vázquez, donde ejecuta todo tipo de actividad, incluso participa en las clases de Educación Física que imparte su profesor Rafael Castillo Vargas.
“Es un muchacho muy activo, al punto de no parecer una persona con discapacidad, cuando efectuamos la Copa Feem en nuestra escuela me pidió participar en béisbol y lo hizo muy bien, pienso que si tuviera a alguien que lo guiara en un deporte individual pudiera llegar más lejos todavía”.
Lo cierto es que el joven masoense Robert David Granado Reyes nunca ha puesto límites a la acción, ha hecho todo lo que se ha propuesto, con la premisa de tener lo que necesita para conseguir lo que desea.
Es parte de una sociedad que le brinda las mismas oportunidades que al resto de sus miembros para soñar, crecer y ser feliz.
Y lo que es más importante es aceptado por todos y primero por él mismo, porque en su interior habita un poder enorme que le impulsa a vencer obstáculos y a vivir para superar las adversidades del destino.