En búsqueda del conocimiento y la mejora continua

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Por Orlando Naranjo Escalona | 9 diciembre, 2024 |
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FOTO/ Orlando Naranjo

Desde muy pequeño mostró gran interés por la mecánica y a sus escasos 18 años de edad ya era capaz de asumir tareas de esta envergadura, allá por la Empresa Cauto La Yaya, de Jiguaní, donde había ido a pasar una temporada con su tío.

Desde entonces ha mantenido un vínculo inquebrantable con la mayor pasión de su vida a la que ha entregado no solo sus mejores años de juventud, sino gran parte de sus casi 55 almanaques, en los que Eugenio Medina Acuña ha podido demostrar toda su dedicación y creatividad en el ámbito de la mecánica y la innovación agrícola.

Sus deseos de aprender y crecer lo llevaron a titularse como Mecánico C, a pesar de no haber culminado el duodécimo grado por la vía convencional y a trabajar en la fábrica de transformadores de La Habana, donde adquirió valiosas experiencias que más tarde aplicaría en sus inventivas.

Antes estuvo enrolado en el ejército internacionalista que fue al auxilio de la libertad y la independencia del hermano pueblo de Angola, donde también simultaneó sus quehaceres de soldado con el noble arte de tuercas y llaves.

Al regresar a su natal Bartolomé Masó, Eugenio se estableció como mecánico en el central azucarero de la localidad, donde su curiosidad y espíritu de aprendiz lo impulsaron a explorar nuevas ideas y soluciones.

“Mi intrepidez y astucia me han llevado a desarrollar una serie de inventos que no solo permiten la transformación de mi entorno laboral y mis ingresos personales, sino que también han contribuido al bienestar familiar y comunitario”.

“Entre ellos destaca un aserrío móvil, que permite mayor eficiencia en el procesamiento de la madera; una guarapera de tres masas, que optimiza la producción de guarapo y varios de sus derivados como melaza, azúcar moreno y raspaduras, así como un molino pulidor de arroz, capaz de mejorar ostensiblemente la calidad del grano”.

“Por no contar en mi casa con la potencia eléctrica que requieren estos equipos, dígase la corriente trifásica, he debido instalarlos en áreas de la industria azucarera donde nos complementamos mutuamente y no solo hemos diversificado las producciones del central, sino que también hemos respondido a las necesidades de la población local y al ingreso del resto de los trabajadores”.

La experiencia práctica de este masoense lo ubica como un avezado ingeniero que trabaja milimétricamente cada detalle de sus obras, descarga desde internet videos tutoriales de inventivas que luego implementa e incluso perfecciona, es un científico atemperado a su época que continúa creando y buscando nuevas formas de transformar su entorno e inspirar a los demás en la búsqueda del conocimiento y la mejora continua.

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