Escalar peldaños

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Por Darielis Calzada Alarcón | 22 diciembre, 2024 |
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Foto Darielis Calzada Alarcón

Hacía varios días que intentaba hacerle una entrevista a Josefa Dominga Shelton Gorgoso, porque me impresionó su labor durante 40 años, de manera ininterrumpida, en el sector bancario. Pero ella, que parecía a Francisca, y yo, que parecía a la muerte, no concretábamos el encuentro, las exigencias de su cargo le tomaban la mayor parte del tiempo. A diferencia del cuento, pude alcanzarla.

Shelton Gorgoso tiene 60 años, nació en el municipio de Río Cauto y es la subdirectora provincial que atiende la actividad económica-financiera en el Banco Popular de Ahorro (BPA) en Granma, responsabilidad que alcanzó con mucho sacrificio.

“Comencé a trabajar en el sector en el año 1984, me presenté en la sucursal 7312, de Río Cauto, y me contrataron en la única plaza disponible entonces: cajero bancario.

“Cursaba el primer año en la carrera de Historia de Cuba, en la Universidad de la Habana, y al suspender una asignatura, me vi en la obligación de trabajar durante un año, para luego reincorporarme; entonces me era necesario un aval de la labor que había desarrollado durante ese tiempo”.

Impulsada por el amor a los números, decidió no presentarse a los exámenes, en su lugar, continuó como cajera, labor que desarrolló durante unos cinco años.

El trabajo bien hecho da frutos positivos y Josefa Shelton sabe de ello: en los inicios, fue seleccionada numerosas veces como mejor trabajadora, mérito que le permitió adquirir bienes materiales para la casa.

“Cuando yo comencé, todo se hacía de forma manual, las máquinas de sumar eran mecánicas, había que hacer mucha fuerza, nos vimos en situaciones en que no había lapicero, hojas ni pegamento; no obstante, se trabajaba, rellenábamos los lapiceros con jeringuillas y hacíamos pegolín casero.

“En el año 1989, trascurridos mis cinco años como cajera, me propusieron la dirección de la sucursal bancaria, la cual asumí con gran responsabilidad”.

Por sus valiosos resultados, fue trasladada al municipio de Bayamo, a la sucursal 7432, donde desarrolló otras funciones, esta vez como cuadro.

Entre otros cargos, fue administradora y jefa de departamento de ahorro, hasta convertirse en la directora de la sucursal.

“Se me propuso, además, trasladarme a nivel provincial, como jefa del departamento de organización, y en el año 1998 me promueven a subdirectora, cargo que desempeño hasta la actualidad”.

Shelton, como la conocen muchos compañeros, es un ejemplo de superación: Se graduó de técnica de nivel medio en Contabilidad y Finanzas y posteriormente realizó la licenciatura, de manera dirigida, en la Universidad de Granma, Escaló peldaños y creció, poco a poco, en el sector bancario.

“Es muy bueno venir desde abajo, como yo, pues eso te prepara. Ganarme un cargo de mayor categoría por mis méritos, y llegar, de acuerdo a las promociones que se realizan, hasta donde estoy hoy, me da los conocimientos para poder alcanzar a cada trabajador y convencerlo de que las cosas deben hacerse del modo correcto.

“La atención a los clientes es muy importante, se les debe explicar de la mejor manera la situación; contrario a ello, el maltrato y la falta de atención trae consigo quejas y disgustos.

“A un trabajador bancario debe caracterizarlo el sentido de pertenencia, la responsabilidad, la disciplina; no solo es llegar temprano, sino saber comportarse, hacer las tareas a su debido tiempo. El Banco siempre fue una institución muy seria y confiable para toda la población, por tanto, debemos demostrar que así es”.

Para Shelton, todos los reconocimientos son importantes; según ella, representan el trabajo realizado a lo largo de cuatro décadas. Son numerosos sus galardones, entre ellos los sellos acreditativos desde cinco hasta 40 años de labor, diploma de Mejor trabajadora y la Distinción Enrique Hart Dávalos.

“Estoy pronta a jubilarme, no porque carezca de fuerzas para seguir adelante, sino porque en otras esferas soy más necesaria, tal es el caso de mi familia”.

Josefa recuerda al padre como un gran paradigma, sobre todo en el desempeño como simple trabajador, en el central de su zona natal.

“Él siempre inculcó en mí la disciplina, me decía que cuando fuera a realizar algo diera lo mejor posible, y así lo he hecho en el transcurso de estos 40 años de trabajo, de ellos 35 como cuadro del BPA”.

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