
Con las mochilas cargadas de sueños e ilusiones, jóvenes comunistas de toda Cuba ascendieron este 7 de enero a la elevación más alta del país, en homenaje al Líder histórico de la Revolución Cubana, quien hace 65 años, junto a 390 integrantes de las Brigadas Estudiantiles Universitarias José Antonio Echeverría, hiciera su primer ascenso al Pico Turquino después del triunfo revolucionario.
Tras ser despedidos en el Centro de Visitantes de Santo Domingo en Bartolomé Masó por la primera secretaria del Partido Comunista de Cuba en Granma, compañera Yudelkis Ortiz Barceló, la caravana tomó rumbo hasta el Alto de El Naranjo para, desde ese mirador de la Sierra Maestra, emprender la dura y fatigosa caminata hasta los mil 974 metros sobre el nivel del mar.
El ímpetu y vigor, característicos de estos años mozos ayudan, la frescura del entorno también favorece el andar, pero lo que más motiva a la tropa son las ansias del encuentro con la historia y el intercambio sostenido con el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez en la Comandancia General del Ejército Rebelde en La Plata, donde habita el espíritu insurgente de la Revolución Cubana.
Allí, como uno más del grupo de 65 jóvenes, el también primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba dialogó diáfanamente y comparó los años difíciles vividos por los guerrilleros liderados por Fidel en la sierra con los que vive hoy el pueblo cubano.
“Ellos demostraron que sí se puede, pero hay que seguir luchando con optimismo como ellos y hacer todos los días algo por la Revolución”.
“La razón la tiene el pueblo cubano, nosotros no merecemos estar bloqueados, es injusto, es criminal, nosotros no hemos hecho nada contra los EEUU, aquí lo único que se ha hecho es un Revolución para emancipar a este pueblo y esa será nuestra lucha, sin ceder en posiciones”.
Además de los ascensos a La Plata y al Turquino, los protagonistas de la ruta histórica “Con Fidel en las alturas” vistan por estos días varios sitios históricos de las provincias de Granma y Santiago de Cuba, entre ellos el Museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes y la Plaza del Himno en Bayamo, el Parque Museo Nacional La Demajagua en Manzanillo y el Museo 26 de Julio y la Granjita Siboney en la capital santiaguera.
Un periplo necesario para renovar energías y beber de la espiritualidad de la Revolución Cubana en la batalla perenne de nuestro pueblo por superar las adversidades que ponen freno al desarrollo y progreso anhelado.