En Manzanillo el Comandante en Jefe Fidel Castro siempre encontró el entusiasmo y el calor solidario de sus habitantes. Durante 1959 visitó en varias ocasiones algunas de sus obras económicas y sociales, donde aprobó las propuestas de beneficiar a los manzanilleros del sector pesquero con una cooperativa, un astillero y la primera ciudad cubana destinada a obreros de esa rama.
Ese mismo fervor lo vivió de nuevo el 9 de enero de 1960, hace 65 años, cuando llegó a Manzanillo para chequear diversas obras comprometidas con el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) relacionadas con las granjas del pueblo, los planes lecheros , la industrialización de algunas importantes ramas productivas, la cooperativa pesquera y el astillo.
LECHE DE CALIDAD PARA EL PUEBLO
En jeep viajó a la granja San Francisco, acompañado del comandante René Vallejo Ortiz, el presidente del INRA a nivel regional. Allí se construía un centro lechero para la atención de un millar de vacas, una planta pasteurizadora y una fábrica de queso y mantequilla.
Fidel quedó gratamente impresionado del trabajo realizado y recomendó acelerar la conclusión de la pasteurizadora encargada de garantizarle leche de calidad a la población.
JUNTO A LOS PESCADORES MANZANILLEROS
Posteriormente, el máximo líder llegó al astillero de Manzanillo, el que funcionaba mediante la creación de una cooperativa pesquera con cerca de 600 miembros. Al frente del sindicato de los pescadores se encontraban Rafael Reyes y Porfirio Alard (Nino), quienes les explicaron los trabajos realizados.
Junto a la masa de trabajadores, Fidel tuvo la satisfacción de que fuera puesto en servicio el primer barco construido por la cooperativa, el “SIGMA 1” de 23 pies de eslora y 7 de manga.
De entre la multitud una anciana avanzó hacia él portando una vieja y raída bandera cubana, la cual había ondeado en las luchas independistas del siglo XIX. Abrazó a la octogenaria, agradeció el noble gesto y pidió que la bandera fuera colocada en la proa de la embarcación.
Poco después abordó uno de los barcos para dirigirse a las zonas pesqueras de El Mégano, Los Esteros y la boca del río Cauto.
En El Mégano apreció las tristes condiciones de vida de unos 80 habitantes, que habían construido sus casas, unos 50 bajareques de yagua y guano, en una zona semi pantanosa a orillas del río Cauto.
En conversación con sus moradores les pidió mudarse para la ciudad pesquera de Manzanillo, porque se iban a seguir construyendo viviendas para los trabajadores de la pesca.
IMPORTANTES OBRAS EN JIGUANÍ, BAYAMO Y MANZANILLO
Después del almuerzo, Fidel montó en el helicóptero, en el cual sobrevoló terrenos de las granjas La Yaya y Dos Ríos, en el municipio de Jiguaní. Desde el aire apreció las grandes extensiones de tierras sembradas de maíz, frijoles y algodón. Le agradó que la cooperativa Ignacio Pérez tuviera roturada más de 500 caballerías sembradas de arroz.
A su regresó sobrevoló la ciudad de Bayamo, una vista impresionante desde arriba. Al oeste de la ciudad, en Pozo Cuadrado, observó la preparación del terreno para el cultivo de arroz.
De regreso a la ciudad de Manzanillo, a las 3: 00 de la tarde, salió en jeep por el terraplén en pavimentación que conducía a Jibacoa y luego a Cayo Espino.
Después, avanzó hasta la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, cuyo primer módulo se encontraba en fase constructiva. Conversó ampliamente con su director, el comandante Armando Acosta Cordero, y con varios trabajadores.
En la tarde voló hasta el aeropuerto de Bayamo, donde tomó un avión de regreso a La Habana.
En su tripe condición de Comandante en Jefe, Primer Ministro y Presidente del INRA, Fidel consideró esta jornada de muy provechosa y mostraba el trabajo unido, eficiente y tesonero de los habitantes de Manzanillo, Jiguaní y Bayamo.
FUENTES: Antonio Núñez Jiménez: En marcha con Fidel 1960 (1998); Ludín Fonseca Garcia: Fidel Castro Ruz: Itinerarios por la provincia Granma (2006); y Colectivo de autores: Fidel entre nosotros. Testimonios de la presencia del Máximo Líder dela Revolución Cubana (2007).