“Ojalá el boxeo granmense resurja…”, dice Aldo Moreno

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Por Leonardo Leyva Paneque | 1 febrero, 2025 |
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FOTO Leonardo Leyva Paneque

A Aldo Moreno Vargas le resulta imposible ocultar la frustración por el penoso episodio que vive el boxeo de Granma. Lo reconoce y, también, lo sufre, porque el pugilismo de aquí no hace otra cosa que dar tumbos.

Su voz se entrecorta, al referirse a tan triste realidad. Y, cuando suena el gong, no encuentra cómo esquivar una ráfaga de golpes, que casi lo tiran a la lona. Parece un combate perdido, al menos, por el momento.

“El boxeo granmense atraviesa una etapa muy difícil. Entre otros factores, lo que más incide es la pobre matrícula que tenemos en la finca”, afirma, sobre los 12 atletas que se entrenan en la Academia provincial, de Bayamo.

“Allí hay capacidad para 24”, dice, y le cuesta admitir que apenas llegan a un 50 por ciento de las plazas disponibles, a pesar de las mejoradas condiciones que exhibe la instalación.

Además, la escuela estuvo cerrada los meses de noviembre y diciembre por falta de presupuesto, “pero ya reabrimos y se reiniciaron los entrenamientos”, acota, uno de los representantes de Cuba en el Campeonato Mundial de 1997.

“Así es muy complicado aspirar a una actuación decorosa en el Playa Girón o en la serie nacional (por equipos)”, recuerda Moreno Vargas, integrante de las selecciones granmenses que vivió su mejor época, allá por los años 90 del pasado siglo, junto a Yosvani Aguilera Zamora y Enrique Fonseca Sánchez, entre otros.

“Fuimos al último Playa Girón con solo tres muchachos y, menos mal, que ganaron sus primeras peleas; aunque después cayeron en la discusión del bronce”, recuerda, a sabiendas de que con una escuadra tan reducida no se puede aspirar a mucho.

“Salimos del lugar 15 por provincias para anclar en el 11”, explica, como dejando ver una luz entre tanta oscuridad, aunque esa ubicación ni se acerca a la de 1995, cuando el territorio alcanzó un inédito tercer puesto.

Sin ánimo de justificar lo que sucede, el ahora entrenador de la primera categoría expone sus argumentos: “Debido a la situación económica que viven sus familias, muchos atletas deciden abandonar y buscarse la vida de otra manera”, explica, y se remonta a sus 16 años edad, cuando ya atesoraba un subtítulo entre mayores.

Añade, además, que influye bastante el tiempo que permanecen alejados del deporte, tras ser llamados por el Servicio Militar Activo, “algunos cogen otro rumbo y no vuelven”, lamenta.

Por eso, convocarlos al combinado deportivo de Camilo Cienfuegos, ha sido una de las principales alternativas: “Allí se entrenaba todos los días; esa fue la manera que encontramos para no dejarlos ir.

“También tratamos de ayudarlos, gestionando la continuidad de estudios a los más jóvenes y, a los otros, una ubicación laboral. Aún así, se nos hace difícil atraerlos”, revela.

Aldo tuvo un paso exitoso por los cuadriláteros y, entre tantos sucesos memorables que protagonizó, retumba el par de victorias sobre el doble campeón olímpico Héctor Vinent, y otra ante Yoel Casamayor, quien luego triunfó en el profesionalismo.

Esos acontecimientos, junto a su incursión mundialista, fueron momentos cumbres de su carrera, muy distantes a la realidad que le ha tocado asumir como técnico: “Ojalá el boxeo granmense resurja; aunque para conseguirlo se requiere de mucho interés y sacrificio, tanto de atletas como de entrenadores”.

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