Hay un ñame bueno y un cómo producir bastante, pero no le han hecho todo el caso

Con la tecnología Brota Plus se han cosechado entre 30 y 40 toneladas por hectárea, cuatro veces más que con la tecnología tradicional
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Por Granma | 10 febrero, 2025 |
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FOTO Cortesía de Misterbino Borges

Granma.–Cuando hace dos años el productor Osmani Tamayo Fleitas decidió utilizar una hectárea de tierra de su finca El Nim –ubicada en el reparto Aeropuerto Viejo, de Bayamo– para destinarla al fomento de semillas de ñame mediante el empleo de una novedosa tecnología obtenida en la Universidad de Granma, bajo el nombre de Brota Plus, no imaginó que los rendimientos productivos se le multiplicarían tanto.

«Aquí vinieron los profes de la Universidad a explicarme en qué consistía esa tecnología y, desde que la estoy aplicando, solo tengo buenos resultados, porque se puede producir la postura en un espacio estrecho e intercalarse con otros cultivos como la yuca, el maíz, el quimbombó o el plátano burro, sin afectar el suelo; además de que el rendimiento y la calidad de la cosecha son muy superiores a los del método convencional», dijo a este diario el también asociado a la cooperativa de créditos y servicios Clemente Ramos.

Como Osmani, otros productores en Granma, fundamentalmente en el municipio de Niquero, se han apropiado de los beneficios de la Brota Plus para multiplicar la producción del ñame. Sin embargo, aunque desde el año 2018 esta tecnología se aplica tanto en el llano como en la montaña, y su uso ha llegado a extenderse a otras diez provincias del país, como parte del Proyecto de Innovación Agropecuaria Local –actualmente Prodecafé–, lo cierto es que hoy se aprovecha menos del 25 % de su potencial productivo.

DEL LABORATORIO AL CAMPO

El ñame, un tubérculo rústico y versátil, ha sido tradicionalmente subestimado en la agricultura cubana. No obstante, gracias a la innovación desarrollada por el Centro de Estudios de Biotecnología de la Universidad de Granma, su cultivo a gran escala podría respaldar el programa de producción de viandas en el país.

Según explicó a este diario el doctor en Ciencias Biológicas Misterbino Borges García, líder del proyecto para multiplicar ese cultivo, desde el año 2009 comenzaron las primeras investigaciones que derivaron en la tecnología Brota Plus, la cual está dirigida a la producción acelerada de semillas mediante la combinación de métodos biotecnológicos y convencionales.

A través de la producción y plantación de esas semillas categorizadas provenientes de plantas in vitro del Centro de Altos Estudios, de la Biofábrica de Granma y de la Estación Agroforestal Tercer Frente, de Santiago de Cuba, se logró la transferencia exitosa de esta tecnología en ocho municipios (Bayamo, Jiguaní, Guisa, Cauto Cristo, Buey Arriba, Bartolomé Masó, Manzanillo y Niquero), y en otros territorios del país, con la producción inicial de unas 500 000 semillas y su plantación en 25 hectáreas, para un rendimiento agrícola de entre 30 y 40 toneladas por hectárea; muy superior a la tecnología tradicional (de ocho a diez toneladas por hectárea).

«Hoy, una de las mayores limitantes de los tubérculos en general es la producción de semillas, y con esta tecnología podemos obtener las cantidades necesarias para multiplicar el cultivo del ñame sin grandes complejidades», aseguró el profesor Borges García.

«Además, mientras la tecnología tradicional utiliza el mismo tubérculo para su reproducción, o sea, que a veces tiene que dejarse para semilla casi el 30 % o 35 % de la cosecha, la de la Brota Plus, en cambio, solo emplea su superficie (la cáscara), es decir, lo que se desecha», afirmó el académico, al tiempo que destacó otros beneficios.

«Estamos introduciendo clones de ñames blancos (más agradables al paladar y con un aprovechamiento de todo el tubérculo), teniendo en cuenta que hay personas que no les gusta este cultivo como vianda porque lo que han consumido es un ñame rústico (ñame caballo), en el que la mitad no se aprovecha, pues no se ablanda con la cocción, y aunque muchos productores lo saben, aun así, lo venden».

Por otra parte, a pesar de haber sido validada de manera exitosa también en provincias como Santiago de Cuba, Guantánamo, Cienfuegos y en el municipio especial Isla de la Juventud, con un ciclo enmarcado en los primeros seis meses del año (enero- junio), la aplicación de la Brota Plus, aunque ha avanzado, no lo ha hecho con los niveles productivos que pudiera tener.

«BRECHAS» PRODUCTIVAS

Hasta hace unos años, el balance nacional de viandas en la Isla solo contemplaba la siembra de plátano, yuca, boniato y malanga; pero tras otorgarse a la tecnología Brota Plus, en 2018, el Premio Academia de Ciencias de Cuba, y demostrarse sus efectivos resultados en la producción acelerada de semilla de tubérculos, el ñame engrosó la lista tiempo después.

Un reportaje del periódico La Demajagua, de 2021, refería entonces que esa solicitud de generalizar el cultivo y hacerlo extensivo a los polos productivos partió del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, luego de una visita a Granma en 2019, en la cual intercambió con el doctor en Ciencias Misterbino Borges, quien le explicó la valía de la tecnología, capaz de obtener hasta 200 réplicas de semilla categorizada, en comparación con el método tradicional.

En lo adelante, la tecnología –que ya se aplicaba en áreas de la provincia desde 2012– siguió obteniendo reconocimientos y premios por su impacto productivo y económico, además de incidir en el desarrollo de publicaciones científicas, trabajos de diploma y tesis de maestría asociadas al tema, hasta obtener en 2023 el registro de su marca –única de su tipo en el país–, la cual permite utilizar, transferir y comercializar esa tecnología de producción acelerada.

Pero, más allá del ámbito académico –y mientras se concretan mejor las alianzas con el sector agrícola– lo cierto es que ese resultado científico sigue sin aprovecharse a gran escala en el surco.

«Aunque en Granma existe un programa escrito para la aplicación de la tecnología Brota Plus en cada municipio, no se avanza más porque no se controla ni se exige su cumplimiento, fundamentalmente en el sector estatal», alertó el profesor Borges García, al tiempo que añadió que, a esa situación, se suma la existencia de trabas materiales y mentales que han limitado su estandarización a una mayor escala.

De ello dio fe Victoria García Fonseca, directora de la Biofábrica de Granma, entidad que se sumó al proyecto, con la producción de más de 50 000 posturas de ñame de alta calidad y sin variación genética, mediante minisegmentos, tal como propone la reconocida tecnología. «Esas posturas estaban destinadas a las bases productivas de la provincia, pero no obtuvimos los resultados que esperábamos, porque aun cuando logramos vender la mayor parte, tuvimos que regalar alrededor de 20 000 de esas posturas a productores, pues no se había hecho una buena contratación».

La directiva señaló, además, que el pasado año, a raíz de una visita a la provincia del vice primer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca, se diseñó un programa por bases productivas para el fomento del ñame, pero pasó la época de siembra del cultivo y la biofábrica no realizó ninguna producción de esa postura, porque no hubo demanda.

Al respecto, el ingeniero Agrónomo y máster en Ciencias Iramis Vargas Díaz, subdelegado agrícola de Granma, apuntó que en el territorio el plan per cápita que está concebido es para la malanga, con una demanda de unas 1 637 hectáreas, y de esas, más de 900 deben respaldarse con ñame, pero acumulan una deuda en la siembra del año pasado de más de 400 hectáreas entre ambos cultivos.

«Empezamos un poco tarde, y cuando la intencionamos, había pasado la etapa óptima de siembra, además de que tampoco contábamos con la suficiente semilla», expuso el directivo, quien reconoció que, en gran parte de esas áreas, no se utiliza la tecnología Brota Plus.

Lo confirma el hecho de que este año se prevé «sembrar el cultivo del tubérculo en los seis municipios que tienen las mayores posibilidades de incrementar la producción», según detalló Vargas Díaz, pero esa propuesta está basada, esencialmente, en el método convencional.

«Lo cierto es que el modelo de triple hélice entre universidad, empresa y Gobierno no fluye del todo, y falta el acompañamiento sistemático de la Agricultura», apuntó el líder del proyecto, sin dejar de admitir que su aplicación en el campo no ha estado del todo detenida.

«Por ejemplo, el año pasado tuvo lugar en el municipio de Buey Arriba el primer festival del ñame, en el que se expusieron variedades por los productores. Actualmente, como resultados de la transferencia de esta tecnología se han obtenido ejemplares de hasta ¡85 libras!, muy por encima, incluso, de lo que se previó con la investigación», acotó.

Sin embargo, en un contexto tan complejo para la producción agrícola, en el que todas las alternativas «de casa» para hacer parir la tierra cuentan, experiencias como esas no pueden seguir siendo factibles solo a pequeña escala, cuando existe un potencial productivo y una eficiente tecnología disponible para multiplicarlas.

Urge, por tanto, no solo impulsar más la cooperación entre la ciencia y el sector agrícola, sino también cerrarle las brechas a la inercia y a las trabas que limitan la presencia de otra vianda en la mesa familiar.

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