MANZANILLO.- El pasado tres de marzo, la manzanillera Isabel Domínguez Sosa, de 51 años de edad y licenciada en enfermería, se convirtió en noticia desde el Cabo de San Antonio hasta la Punta de Maisí.
Durante la noche de aquella jornada una nota oficial del Ministerio de Salud Pública confirmó que ella, colaboradora en el Estado venezolano de Táchira, se convertía en el segundo caso de virus de Zika importado a la Isla.
Hoy, cuando ya todo es historia y totalmente sana, sentada en la sala de su hogar en la calle E nro. 14 entre General Benítez y Prolongación de Aguilera, Isabel nos cuenta que arribó a Cuba el 23 de febrero sin presentar ningún síntoma de la enfermedad.
“Yo salí de Venezuela muy bien: pasé de manera satisfactoria todos los controles sanitarios allá y aquí. No podía sospechar pues mi temperatura se mantenía estable, no presentaba dolores musculares ni conjuntivitis, nada que me hiciera sospechar algo”, recuerda.
Sin embargo, durante la madrugada del 24 durante el viaje hacia la provincia de Granma fue evidente el prurito, sobre todo en la espalda.
“Nunca oculté nada, lo informé urgente a las autoridades sanitarias de Manzanillo, no porque sospechara que tenía Zika, sino porque provenía de un área endémica y traía síntomas, para mí de una intoxicación. Pensé en mis hijos, en mi familia, en el pueblo, en todos.”
¿Qué sucedió en los días siguientes?
“Inmediatamente me ingresaron aislada en el servicio 2K del Hospital Celia Sánchez Manduley y se me hicieron la toma de muestras para descartar dengue y zika, hasta que el día tres la nota oficial confirmó el segundo virus. Me sentí consternada y hasta se me elevó un poco la presión arterial producto de la confirmación.”
¿Cómo puede valorar las atenciones recibidas?
“Las atenciones médicas y paramédicas fueron maravillosas, no tengo quejas para nada. Recibí un excelente trato de todos, la alimentación y seguimiento constante. Además fui muy disciplinada, me mantenía siempre debajo del mosquitero para evitar el contagio, pues la fase de infección transcurrió en esa institución asistencial.”
“Todos se preocuparon por mi salud: las autoridades del territorio, dirección del hospital, del sindicato, así como los amigos y compañeros de trabajo de la misión, quienes mantenía una comunicación regular conmigo.”
¿Qué criterios tiene de manera en que procedieron los especialistas de salud en la comunidad donde usted reside?
“Ahí estuvo la clave de éxito de que no hubiese males mayores. Supervisaban mi casa y las de alrededor, cumplieron todas las acciones de salud recomendadas para estos casos.”
“Todo el mundo cooperó, los vecinos, los médicos, enfermeras, técnicos de la campaña antivectorial se pusieron en función de minimizar los riesgos.”
“De manera individual hicieron hincapié en mis familiares y los vecinos que tuvieron más cerca de mí.”
Usted que tuvo la posibilidad de laborar en otro país, ¿cuánto se diferencia la realidad cubana con otras en el tratamiento a esta enfermedad?
“Nuestro país tiene un sistema de salud avanzado, no solo con respecto a Venezuela, sino con cualquier país del primer mundo. Todas las acciones preventivas que nosotros hacemos aquí allí las personas no las asumen.”
“Aquí se es incondicional en cuanto a la salud y las acciones de higiene y epidemiología. Desde el primer momento que sospecharon nada más que yo podía tener el zika se comenzaron a tomar medidas, incluso teniéndome ingresada porque además presenté una intoxicación. Esto en otra nación no se ve, solo es posible por la Revolución. Somos una potencia médica mundial.”
¿Cómo se siente en este momento?
“Muy bien. Tengo excelente ánimo, apetito, no me quedó ninguna secuela, pues según estudios se puede presentar la Guillen – Barré, miastenia grave. Tengo buen estado de salud, gracias a la medicina cubana y la profesionalidad de mis compañeros.”
Isabel Domínguez Sosa nos despide se su hogar con una sonrisa contagiosa, muestra de la recuperación favorable como paciente del virus del Zika que la afectó durante su misión en la República Bolivariana de Venezuela.
Hoy disfruta las vacaciones para en un mes incorporarse a su trabajo como enfermera en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Celia Sánchez Maduley, de la ciudad del Golfo de Guacanayabo.
La historia de esta manzanillera deja, nuevamente, la feliz enseñanza de la grandeza del Sistema de Salud cubano y sus especialistas y la lección de vida de que nadie puede dejar brechas al vuelo del Aedes Aegypti, mosquito causante del virus del Zika.
Nuestro sistema de salud goza de un alto nivel profesional a nivel mundial y como trabajador de la salud que soy(Médico), siento orgullo de ser un galeno formado a los mas altos niveles de las Ciencias Médicas. “Viva la Revolución”, “Viva Fidel y Raúl”.”Hasta la Victoria Siempre”.
Muchas Gracias.
Dr: Orlando Alain Montero Ramírez.
Uno de los maravillozos logros,de nuestra REVOLUCION Y NUESTRO PAIS,A PESAR DE LA FALTA DE REACTIVO,RX,ETC,ETC.SIN EMBARGO A NUESTRO PERSONAL LE SOBRA,FUERZAS,DESEOS Y MUCHAS GANAS,DE SALIR ADELANTE Y BRINDARLE LO MEJOR A NUESTRO PUEBLO,BENDICIONES A MI PUEBLO Y TODOS LOS TRABAJADORES DE LA SALUD,EN MANZANILLO,AL COLECTIVO DE POLI 3 RENE VALLEJO ORTIZ,LOS EXTRAÑO,LOS QUIERO,AURORA