«Los repentinos recortes presupuestarios amenazan ahora con echar por tierra los avances conseguidos con tanto esfuerzo, poniendo en grave riesgo a millones de personas, especialmente a las más vulnerables”, apuntó el organismos sanitario.
Señaló que el Gobierno estadounidense proporcionó anualmente entre 200 y 250 millones de dólares en financiamiento bilateral para la lucha contra la tuberculosis a nivel de los países, lo que representaba una cuarta parte del total de donaciones estatales.
Con la decisión del presidente Donald Trump adoptada por decreto el 20 de enero, ordenando una congelación de la ayuda exterior estadounidense durante 90 días, se pone en especial riesgo a 18 países de las regiones más afectadas (África, Sureste Asiático y Asia Oriental-Pacífico) que dependían en un 89 por ciento de esta cooperación.
En este contexto, unos 30 países confirmaron que la interrupción de ayudas ha resultado en el desmantelamiento de servicios esenciales contra la tuberculosis, dejando a miles de trabajadores sanitarios en riesgo de perder sus empleos.
La OMS alertó, además, que las cadenas de suministro de medicamentos se están rompiendo debido a las suspensiones en las plantillas, la falta de fondos y los problemas de acceso a datos.
Asimismo denunció los recortes que afectan a laboratorios y la detención de numerosos programas de test clínicos, lo que podría frenar el progreso en la investigación contra la mortal enfermedad.