A ciento dos años de la Protesta de los Trece

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 18 marzo, 2025 |
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La compra del Convento de Santa Clara de Asís, es considerado un acto desvergonzado y corrupto del gobernante Alfredo Zayas y Alfonso, quien pagó una monstruosa suma de dinero que paró en los bolsillos de personas engañosas.

Trece jóvenes cubanos con Rubén Martínez Villena como líder protestan ante la degradación y el deshonor. Es el 18 de marzo de 1923.

Aprovechando la ocasión de que el Club Femenino cubano homenajearía a la escritora uruguaya Paulina Luisi, los jóvenes intelectuales cubanos consideran que es el momento para demostrar la indignación que  conmovía al país entero.

Rubén Martínez Villena alza su voz en contra de los negocios sucios del gobierno de Zayas, denuncia la compra fraudulenta y acusa a Regüeiferos ante el auditorio.

“Perdonen la presidencia y la distinguida concurrencia que aquí se halla que un grupo de jóvenes cubanos, amantes de esta noble fiesta de la intelectualidad, y que hemos concurrido a ella atraídos por los prestigios de la noble escritora a quien se ofrenda este acto, perdonen todos que nos retiremos. En este acto interviene el Doctor Erasmo Regüeiferos, que, olvidando su pasado y actuación, sin advertir el grave daño que causaría su gesto, ha firmado un decreto ilícito que encubre un negocio repelente y torpe, digno no de esta rectificación y de reajuste moral, sino de aquel primer año de zayismo.”

“Perdónenos el señor ministro de Uruguay y su señora esposa. Perdónenos la ilustre escritora a quien con tanta justicia se tributa este homenaje. Protestamos contra el funcionario tachado por la opinión, y que ha preferido rendir una alta prueba de adhesión al amigo antes que defender los intereses nacionales. Sentimos mucho que el señor Regüeiferos se encuentre aquí. Por eso nos vemos obligados a protestar y retirarnos”, agregó Villena tras salir del recinto acompañado de otros 12 jóvenes intelectuales.

El grupo se retiró del acto publicando un manifiesto firmado por Rubén Martínez Villena, José Antonio Fernández de Castro, Calixto Masó, Félix Lizaso, Alberto Lamar Schweyer, Francisco Ichaso, Luis Gómez Wangüemert, Juan Marinello Vidaurreta, José Tallet, José Manuel Acosta, Primitivo Cordero Leyva, Jorge Mañach y J.L. García Pedrosa. La acusación de los 13 intelectuales da nombre al hecho: La Protesta de los Trece.

Al día siguiente, el grupo de los Trece dio a conocer un documento de denuncia al escandaloso negocio, que provocó ira entre la población cubana.

Ante lo ocurrido ayer en la Academia de Ciencias, declaramos:

Primero: Que por este medio pedimos perdón nuevamente al Club Femenino, reiterando que no ha sido intención nuestra perturbar en modo algunos sus funciones, ni mucho menos el homenaje que se rendía a Paulina Luisi. En espíritu estamos con las mujeres dignas y lamentamos que la medida tomada por nosotros, producto de civismo y reflexión, haya tenido efecto en un acto organizado por ellas.

Segundo: Que sólo es nuestro objeto manifestar la inconformidad de la juventud, que representamos, con los procedimientos usados por ciertos hombres públicos.

Tercero: Que siendo el acto homenaje a Paulina Luisi el primero público en que tomaba parte el señor Erasmo Regüeiferos, personalidad tachada por la opinión pública ante el hecho de haber refrendado el decreto inmoral y torpe relativo a la adquisición del convento de Santa Clara, sólo contra él o contra su actuación debe entenderse nuestra actitud al retirarnos de la sala.

Cuarto: Que la juventud consciente, sin ánimo perturbador ni más programa que lo que estima el cumplimiento de un deber, está dispuesta en lo sucesivo a adoptar idéntica actitud de protesta en todo acto en el que tome parte directa o indirecta una personalidad tachable de falta de patriotismo o de decoro ciudadano.

Quinto: Que por este medio solicitamos el apoyo y la adhesión de todo el que, sintiéndose indignado contra los que maltratan la República, piense con nosotros y estime que es llegada la hora de reaccionar vigorosamente y de castigar de alguna manera a los gobernantes delincuentes.

Por ese hecho los protestantes fueron detenidos y enjuiciados, aunque después fueron liberados.

En prisión, Rubén Martínez Villena escribió sus encendidos versos del Mensaje Lírico Civil, que constituyeron una denuncia al estado de corrupción existente en el país y por demás, un valioso ejemplo de poesía militante y de intelectual comprometido con la causa de los humildes:

“Hace falta una carga para matar bribones, / para acabar la obra de las revoluciones (…) / para no hacer inútil en humillante suerte, / el esfuerzo y el hambre, la herida y la muerte, / para que la República se mantenga de sí, / para cumplir el sueño de mármol de Martí, / para que nuestros hijos no mendinguen de hinojos / la Patria que los padres le ganaron de pie”.

Después de aquel momento, el grupo de “los Trece” pasó a organizarse en la
Falange de Acción Cubana cuyo lema fue “Juntarse: esta es la palabra del
mundo”.

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