El 20 de marzo de 1969, el componente del grupo musical británico The Beatles, John Lennon, se casa con la artista japonesa Yoko Ono en Gibraltar, “La roca del fin del mundo”, como le gustaba llamarlo a Lennon, uno de los protagonistas de la boda más excéntrica del pop.
Eran las ocho y media de la mañana cuando John y Yoko aterrizaban en Gibraltar. Allí, como ciudadano británico, el cantante podría desposar por fin a la mujer que marcaría su destino. Hoy se cumplen 48 años de la boda más odiada del imaginario pop.
Fue a las nueve en punto, nada más abrir el consulado inglés, y no duró más de 10 minutos. Los dos de pie, de blanco, frente al secretario del registro civil Cecil Wheeler, que ofició la ceremonia.
Él llevando sus míticas lentes redondas y ella con unas gafas de sol que le cubrían medio rostro y no se quitó en ningún momento de su estancia en la vieja colonia británica.
Sombrero de ala ancha, minifalda, calzas hasta la rodilla y zapatillas Superga fue el look elegido por una descendiente directa del noveno emperador de Japón, cantante y artista incomprendida, para convertirse en la mujer del líder de la banda más aclamada de la historia.
“Elegimos Gibraltar porque es tranquilo, británico y amistoso. Antes lo habíamos intentado en todas partes. Yo había decidido hacerlo en el transbordador para llegar a Francia ya casados pero no nos dejaron. Tampoco tuvimos demasiado éxito con los buques de crucero. Lo intentamos en las embajadas pero en Alemania se requerían tres semanas de residencia y en Francia, dos”, explicaría luego el cantante a Barry Miles ,miembro del círculo íntimo del grupo en los sesenta .
Después del enlace llegaría la foto delante del Peñón de Gibraltar con Lennon mostrando el certificado de matrimonio como un auténtico trofeo. Algo comprensible teniendo en cuenta el trajín que les llevó conseguir algo tan sencillo como firmar el papel que sellaría la unión más criticada de la historia de la música.
Sólo llevaban 70 minutos en Gibraltar cuando subieron de nuevo al jet privado que los llevó de regreso a París para alojarse en el hotel Plaza Athénée.