Hace 63 años, el 6 de abril de 1962 se da a conocer la sentencia a los mercenarios cubanos detenidos durante la invasión a Playa Girón, en un juicio que había comenzado el 29 de marzo.
La operación de captura duro apenas 66 horas bajo la guía y conducción del Líder Fidel Castro, con el apoyo de las fuerzas del ejército cubano y las milicias nacionales.
Los mercenarios enjuiciados durante el proceso serían sentenciados por el delito de traición y se les condenó a pagar altas indemnizaciones, y como condiciones accesorias a penas de hasta 30 años de cárcel con trabajo físico obligatorio hasta que fuera satisfecha la indemnización.
El tribunal designado para juzgar a los reos estuvo presidido por el Comandante Augusto Martínez Sánchez. Además participaron los doctores Santiago Cuba y Antonio Cejas, en funciones de fiscal y abogado defensor, respectivamente.
El cuerpo vocal lo integraron los comandantes Juan Almeida Bosque, Guillermo García Frías, Sergio del Valle Jiménez y Manuel Piñeiro Losada.
Los enjuiciados serían sentenciados por el delito de traición y se les condenó a pagar altas compensaciones.
Los tres principales jefes de la Brigada 2506: José Alfredo Pérez San Román, Erneido Andrés Oliva González y Manuel Artime Buesa fueron condenados a pagar al país medio millón de dólares cada uno. Los demás implicados fueron sancionados a pagar 100 mil, 50 mil y 25 mil dólares en relación con la responsabilidad que tuvieron en el hecho.
El líder de la Revolución Fidel Castro explicó que nunca animarían a los revolucionarios ni la sed de venganza ni el odio, el tribunal dictó sentencia en la Causa 111 el 17 de mayo de 1962.
Alfredo Pérez San Román, capitán de los mercenarios durante el proceso reconoció la dignidad y el decoro con que se les había tratado y expuso sin rodeo alguno, quiénes eran los verdaderos autores intelectuales y materiales de la invasión a Playa Girón. También la mayoría de los integrantes de la Brigada de Asalto 2506 manifestaron sentirse arrepentidos.
Entre las sanciones estaban la pérdida de la ciudadanía cubana, por comisión de actos de traición a la Patria, y la prisión con trabajo obligatorio por cargos que tenían penas de hasta 30 años, salvo si se pagaba una indemnización cuya forma y cuantía se precisarían más adelante.
El tribunal impuso una sanción conjunta a los mil 181 mercenarios juzgados, ascendente a 62 millones 300 000 dólares, que el gobierno de Estados Unidos empezó a pagar en medicinas y alimentos para niños.
El proceso contó con todas las garantías procesales, que se sumaron al trato íntegro que habían recibido los prisioneros de guerra, de acuerdo con las leyes internas y las internacionales acogidas por Cuba, a pesar de que la agresión había terminado con la vida de decenas de personas, en su mayoría civiles, y haber causado pérdidas millonarias a la economía cubana.
Cada año Cuba celebra la victoria decisiva de las tropas en Girón que combatieron con dignidad y heroísmo.