La grandeza de José Martí emana espontánea purificada por su preclaro mentor Rafael María de Mendive de quien aprendió amor patrio, decencia, probidad, sed de justicia.
Su conciencia de lo amado y, en especial, de lo que no quería para Cuba, lo vivió en medio de la llanura matancera, en Hanábana donde conoció el horror de la esclavitud y del crimen, pero Martí es patriota plural e intrínsecamente: independencia a toda costa y a todo costo.
Es el ser que casi niño escribe el soneto 10 de Octubre dedicado a honrar la causa independentista como único camino hacia la libertad de Cuba.
Pepe abraza desde entonces, política y literariamente la guerra independentista, que lleva de su lado la verdad, la hidalguía y contrapone la opresión, esclavitud, cobardía.
Martí veneró siempre a quienes lucharon por la soberanía y decidió que la mejor arma era la unión, en medio de numerosas tendencias e ideas entre la inmigración y los mambises.
Para lograr con la unidad de todos la independencia absoluta de Cuba y fomentar la de Puerto Rico funda junto a Carlos Baliño el 10 de abril de 1892 el Partido Revolucionario Cubano (PRC). También, en ese año el periódico Patria en Nueva Yortk, otro paso importantísimo dar a conocer los basamentos del PRC.
El primer Partido Comunista fue relevo y prolongación del Partido Revolucionario Cubano, retomaba las ideas del partido único para fomentar la unidad de todos los patriotas y erguirse como escudo en la defensa de los sueños y anhelos de los cubanos dispuestos a construir una nueva República.
José Martí tuvo la histórica misión de aunar voluntades para transformar sustancialmente el proceso de preparación de la guerra ineludible y aprovechó las enseñanzas de los fallidos esfuerzos anteriores.
El PRC no fue concebido con fines electorales como era usual, sino que fue el partido único para luchar por la independencia.
Esta fuerza política constituye la antesala del primer Partido Comunista de Cuba, organización de orientación marxista, representante de los intereses de la clase obrera y sectores populares. Carlos Baliño y Julio Antonio Mella se propusieron rescatar el ideario de José Martí, recordemos que el primero estuvo junto al Maestro en la formación del Partido Revolucionario Cubano.
Apodado cariñosamente el Viejo roble, Baliño simboliza el enlace directo entre el PRC y el primer Partido Comunista de Cuba; Julio Antonio Mella, el roble joven que tomó la bandera y sumó el entusiasmo que le merecía la Revolución de Octubre y le entregó a esta causa su propia sangre de joven intelectual.
Es oportuno destacar que el primer análisis del legado martiano desde la óptica marxista fue Glosas al pensamiento del Apóstol, escrito y publicado por Mella, la idea de un solo partido es un legado martiano.
Cuando Fidel durante el juicio por el asalto al Moncada expresaba que traía en el corazón las doctrinas del Maestro, en el pensamiento las nobles ideas de todos los hombres que han defendido la libertad de Cuba, iba guiado por las ideas martianas.
Son valores que hoy perduran en el pueblo cubano, el accionar diario y la búsqueda constante de una sociedad cada vez más justa con todos y para el bien de todos
El Partido Comunista de Cuba, mantiene una labor tenaz por el desarrollo y consolidación de la ideología de la Revolución cubana mediante la difusión del ideario revolucionario radical de José Martí y de una tradición singular de lucha liberadora nacional y social en la que se trata se destacan insignes revolucionarios y patriotas.
Esto sintetiza y ejemplifica la continuidad del pensamiento y la idea del Héroe Nacional en el pueblo de Cuba luego que de que en Dos Ríos cayera en combate.
El más universal cubano se consagró por entero a la patria y legó una obra trascendental de la que Fidel de nutrió para llevar adelante la insurrección.