José Martí: artífice del Partido Revolucionario Cubano

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 10 abril, 2025 |
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A fines de 1891 José Martí en conversaciones con los exiliados cubanos, había expresado la idea de crear una agrupación que sirviera de motor impulsor para la preparación de una futura revolución.

A partir de esta fecha dedica todas sus energías en crear una institución de nuevo tipo, con una sólida unidad revolucionaria: El Partido Revolucionario Cubano, un partido para la independencia.

Entre sus objetivos principales estaba organizar, dirigir y llevar a cabo lo que Martí calificara como la Guerra Necesaria. Una semana antes de la constitución oficial del Partido, Martí se refería en el Periódico Patria a las características de la organización que ya se gestaba:

“Él es, de espontáneo nacimiento, la grande obra pública. Es, sin más mano personal que la que echa el hierro hirviente al molde, la revelación de cuanto tiene de sagaz y generosa el alma cubana”

El 8 de abril de 1892, dos días antes de crearse oficialmente la organización, el Consejo de Presidentes y Delegados del Club, presidido por José Dolores Poyo, confirmó la elección de Martí como Delegado, y de Benjamín Guerra como tesorero.

El Partido Revolucionario Cubano (PRC) fue una organización política creada el 10 de abril de 1892 hace 133 años.

Las Bases del Partido Revolucionario Cubano, dadas a conocer el 5 de enero de 1892, quedaron definidas en siete artículos, además de trazar el objetivo unitario que con su creación se perseguía, definía además el carácter de la guerra, (…) generosa y breve encaminada a asegurar en la paz y el trabajo la felicidad de los habitantes de la Isla (…)

No escaparon a las Bases la fundación de un pueblo (…) en el ejercicio franco y cordial de las capacidades legítimas del hombre, un pueblo nuevo y de sincera democracia, capaz de vencer por el orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales, los peligros de la libertad repentina en una sociedad compuesta para la esclavitud (…)

Finalmente apuntaba el documento:

(…) El Partido Revolucionario cuidará de no atraerse, con hechos o declaración alguna indiscreta durante su propaganda, la malevolencia o suspicacia de los pueblos con quienes la prudencia o el afecto aconsejan o impone el mantenimiento de relaciones cordiales (…)

Las Bases del Partido asumían que el objetivo primero era lograr la independencia de Cuba y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico, y definía la próxima contienda  como “generosa y breve”, encaminada a asegurar en la paz y el trabajo, la felicidad de los habitantes de la Isla.

Para ello se perseguía “Fundar un pueblo nuevo y de sincera democracia, capaz de vencer los peligros de la libertad, restaurar la hacienda y salvar al país de los peligros internos y externos que lo amenacen”.

Además, se proponía unir a todos los revolucionarios y recaudar los fondos necesarios “sin compromisos inmorales ni con hombre, ni entidad alguna”.

Nuestro Héroe Nacional había comenzado a preparar una nueva etapa de la gesta independentista y con ella las bases de la futura República: Con todos y para el bien de todos.

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