Una historia desde la niñez

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Por Luis Carlos Frómeta Agüero | 12 julio, 2025 |
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Foto Cortesía del testimoniante

La restauración de  los museos de la ciudad, y de los edificios más emblemáticos de su natal Manzanillo, cuentan con la pericia  del joven profesor José Antonio Matilla Vázquez, fundador y director de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos. Su testimonio, lo ofrecemos hoy.

“Llegué a la historia mediante la Filatelia. De niño observaba a otras personas coleccionar sellos postales y como en Manzanillo había un Club filatélico y una tienda para la venta de esos timbres, tomé como hobby la afición.

“Recuerdo que pasé mucho trabajo para conseguir una estampilla sobre Remanganagua, lugar donde se produjo el primer enterramiento de José Martí. Mi padre, José Joaquín Matilla,para complacerme, me llevó en su carro a ese lugar histórico.

“Descubrí que la filatelia tenía  valores culturales, entre ellos, el histórico. Comencé a prestar mayor atención a mi profesora Cristina Justis, con sus grandes alocuciones de historia y a mi padre, que no fue un intelectual, pero gozaba de una cultura amplísima que me sirvió de base.

“Los viajes a La Habana y a Santiago de Cuba , se convertieron en una especie de turismo cultural para la familia:El museo Emilio Bacardí y el Morro, cuyos hechos narraba mi progenitor, desde su punto de vista, enaltecía la llama del saber, cuando en Manzanillo, excepto La Demajagua, no existía museo alguno.

“Con el paso de los años fui a estudiar a Veguitas, tiempo agudo para  el déficit de profesores, de manera que  impartí clases de Historia  Antigua a los alumnos de grados menores desarrollando, a la vez, la vocación de pedagogo, que llevaba dentro, de la que jamás me desvinculé.

“Llegaron los cursos para profesores emergentes a mi natal ciudad t como por muchas razones me presenté tarde a la convocatoria matriculé idioma Inglés, pero al siguiente año cambié para Historia, de la cual felizmente egresé y me posibilitó la entrada al Museo municipal  en 1994.

“Pensé que impartiría allí clases de Historia, pero un mundo diferente me esperaba: la Museología, especialidad muy vinculada con la asignatura estudiada y, sobre todo, con muchos detalles de mi ciudad.

“En el año 2000 fundé la única Oficina de Monumentos y Sitios Históricos en Granma. Todo un complejo bajo mi óptica: La Demajagua, la Plaza Celia Sánchez, el Museo municipal, el de Luchas Obreras, el Museo de Troya…

“Comienzo un intenso proceso de estudios, obtengo el título de Investigador, conferido por el Centro Juan Marinello, aparecen mis primeras publicaciones en revistas y se acrecientan las motivaciones por la restauración de la ciudad.

“El Consejo de Estado aprueba un proyecto con ese objetivo: se crean dos brigadas de restauración, un taller de carpintería y un equipo de arquitectos, ingenieros, investigadores y museólogos que  apoyaba la  restauración.

“Esta importante herramienta de trabajo empleada con positivos resultados desde el año 2000, hasta el 2015m por diversas causas  disminuyeron  y solo quedamos con la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos, que dirijo.

“La labor investigativa de la institución está vinculada a la conservación del Patrimonio edificado: Manzanillo cuenta con más de 600 edificios, con alto valor patrimonial, en los que predominan el eclecticismo, y la lucha por preservarlos.

“Me avalan como parte del Grupo Asesor del gobierno y de Cultura, que no impide mi labor en la docencia. Mantengo vínculos con las Universidades y con el Centro de Superación para la Cultura, del que soy Profesor adjunto.

“El trabajo desplegado durante estos años validaron la entrega del Pergamino de la ciudad el  Premio provincial de Patrimonio en el 2918, la generalización de Proyectos culturales, entre ellos, Con los ojos del carazón, realizado en la Oficina del Historiador de La Habana, fundamental en la Casa de África,

“También recibí varios reconocimientos de la Unión de Historiadores de Cuba y otros por el montaje novedoso del Museo Municipal, al trabajo en la hermana República Bolivariana de Venezuela, al frente de la Plataforma del Patrimonio Cultural en la ciudad de Maiquetía, Estado La Guaira, en la restauración del castillete del artista de la plástica Armando Reverón”.

El sol arrecia la intensidad sobre la ciudad del Guacanayabo. Matilla, el profesor-investigador, ordena papeles de su archivo institucional que reclaman acción inmediata y sale al encuentro con el eclecticismo de los edificios que habitaron muchos abuelos, orgullosos de la arquitectura local.                         

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