Mariana Grajales, nace de padres dominicanos en 1815, en Santiago de Cuba, hace 210 años. Madre de varios hombres y mujeres que los educó con disciplina y organización inculcándoles el amor a la patria.
De sus padres José Grajales y Teresa Coello, aprendió los valores y principios morales que trasmitió a sus hijos.
Tuvo su primer matrimonio a los 23 años, con Fructuoso Regüeiferos Hechavarría. De esa unión nacieron cuatro hijos. Pronto quedó viuda. Luego contrae matrimonio con Marcos Maceo y le nacen otros nueve vástagos.
Fue una mujer de sorprendente temperamento, entereza, serenidad, y arrojo
Cuando se inicia la lucha por la independencia de Cuba en 1868 en La Demajagua no vaciló en llamar a sus hijos para que se incorporaran a la lucha y los invitó a que postrados ante ella, juraran que darían por la Patria la sangre y la existencia.
Permaneció en la manigua, junto a toda su familia, los diez años que duró la guerra compartiendo la vida arriesgada de aquellos momentos y dando aliento a todos, a la par que curaba heridos y exigía a cada uno de sus hijos dieran su vida por la independencia de Cuba.
Concluida la contienda del 68, a Mariana solamente le quedaban cuatro hijos: Antonio, José, Tomás y Marcos, quienes quedaron con sus cuerpos llenos de cicatrices.
En 1879 embarca para Jamaica acompañada por la esposa de Antonio, María Cabrales, en un barco de bandera francesa. Llevaba en el corazón el peso de la muerte de varios hijos y de su esposo, y la gloria de Antonio y José.
Fuera de Cuba continuó colaborando con la causa de independencia cubana, junto con sus familiares, mediante la creación de clubes patrióticos.