Una audacia del Che Guevara y sus hombres

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Por Aldo Daniel Naranjo (Historiador) | 1 agosto, 2025 |
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IMAGEN/ IA

El Comandante Ernesto Che Guevara, jefe de la Columna No.4 del Ejército Rebelde, planificó el ataque al cuartel Amador Liens, situado en el poblado de Bueycito, con los objetivos de dar a conocer la existencia de la nueva columna guerrillera, asentar sus dominios al este del Pico Turquino y honrar la memoria de Frank País, asesinado en Santiago de Cuba con el combate antibatistiano diario.

De la cantidad exacta de guardias en el dispositivo Manuel Alejo Espinosa (Nené) le comunicó que eran unos 15 y que tenían, como principales armas, fusiles Garant y Springfield.

La fuerza rebelde, 75 hombres, llegó a Bueycito en la madrugada del 1 de agosto de 1957, hace 68 años, en tres camiones y dos máquinas.

El plan consistía en que el capitán Ramiro Valdés con su pelotón debía rodear el cuartel por el este y el sur; el capitán Eduardo Sardina (Lalo), con el suyo, avanzaría por el lado oeste; la escuadra de La Comandancia, encabezada por el Che Guevara, actuaría como vanguardia en el ataque por el frente, seguido del pelotón del capitán Ciro Redondo.

De sus 18 integrantes, el cuartel solo contaba con 12 guardias en ese momento, al mando del sargento suplente Cuberto Velázquez.

Entre las muchas incidencias del asalto, estuvo que el Che, a las 5:00 de la madrugada, avanzó por la calle Martí con una ametralladora Thompson, acompañado de Israel Pardo, con un fusil calibre 22. Ya casi frente al edificio castrense apareció el soldado Lázaro Scull, quien portaba un fusil Garand.

La punta del arma persiguió al Che, quien apretó primero el disparador pero falló el estampido. No pudo seguir tirando porque el arma se le encasquilló. Al quedar indefenso no tuvo más remedio que retirarse precipitadamente, bajo una lluvia de proyectiles.

De inmediato, Ramiro Valdés avanzó con sus hombres por el fondo del cuartel, con un fuego rasante. Desde lo alto del edificio un soldado accionó una ametralladora Browning, con la que frenaba el avance de los asaltantes, pero atrajo sobre él los disparos de muchas armas, siendo herido de gravedad.

Unos 20 minutos después, los guardias se rindieron. De ellos, seis se encontraban heridos. Por la parte guerrillera murió el combatiente Pedro Rivero Peña y otros tres recibieron heridas leves.

En poder de los rebeldes quedaron una ametralladora Browning calibre 30.06, 10 fusiles Springfield, tres fusiles Garant y una docena de revólveres Colt calibre 45.

En su diario el Che escribió: “Quemamos el cuartel luego de quitar todas las cosas que pudieran sernos útiles y nos fuimos en los camiones…”

El ataque a Bueycito, en pleno llano del Cauto, evidenció, una vez más, la audacia y el coraje del Che y sus hombres.

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