Los agentes adicionales provendrán de la Guardia Nacional de Washington DC, el FBI, el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, el Servicio Secreto y otros componentes del Departamento de Seguridad Nacional.
El incremento de la presencia policial formará parte de un operativo de siete días que podría extenderse según sea necesario. Los agentes federales en patrulla serían muy visibles en unidades señalizadas, dijo una fuente a medios locales.
«Washington DC es una ciudad increíble, pero ha estado plagada de delitos violentos durante demasiado tiempo», afirmó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en un comunicado la noche de este jueves.
Dijo que el presidente Trump dispuso una mayor presencia de las fuerzas del orden federales «para proteger a los ciudadanos inocentes» y opinó que a partir de la aplicación de la medida «no habrá refugio para los delincuentes violentos en DC».
Previamente la alcaldesa de DC, Muriel Bowser, fue notificada sobre el aumento de la presencia de las fuerzas del orden federales en la capital del país y aprobó la solicitud de la Casa Blanca de desplegar más agentes en las calles.
En declaraciones a CBS News, la fiscal federal del distrito, Jeanine Pirro, expresó incertidumbre sobre los cambios inminentes, pero «entiendo que tanto la administración Trump como el Departamento de Policía Metropolitana buscan aumentar los esfuerzos policiales debido a la violencia que estamos viendo en esta… ciudad».
Más adelante, en respuesta a la pregunta de un periodista, Pirro afirmó que solo quiere limpiar Washington DC, «por eso el presidente me puso aquí», subrayó al añadir que «la delincuencia juvenil está en aumento».
Después del supuesto intento de robo de su automóvil el fin de semana al exempleado del DOGE Edward Coristine, Trump escribió en una publicación en su red Truth Social que podría poner el Distrito de Columbia bajo control federal si la ciudad no «se organiza y rápidamente».
«Si esto continúa, ejerceré mis poderes y federalizaré esta ciudad», advirtió el mandatario, quien de esta forma reavivó sus amenazas para tomar el control de la capital del país.
El Congreso de Estados Unidos tiene autoridad y supervisión sobre Washington, pero cedió parte de ese poder cuando aprobó la Ley de Autonomía en 1973.
Esa legislación le otorgó parte de su capacidad de gobernar la ciudad a entidades del gobierno local, incluyendo al alcalde y al concejo municipal, pero ya el presidente anticipó esta semana que iba a considerar la revocación de esa autonomía. «Los abogados ya lo están estudiando», subrayó.