Quintín Banderas, famoso militar y patriota cubano

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 23 agosto, 2025 |
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Quintín Banderas, considerado líder en las tres guerras de independencia en Cuba, falleció un 23 de agosto de 1906, hace 119 años por órdenes del entonces presidente Tomas Estrada Palma.

Nacido en Santiago de Cuba desde muy temprana edad mostró las primeras inquietudes contra la dominación colonial y se involucró en actividades conspirativas.

En 1868 se incorpora a las tropas de Donato Mármol, momento desde el cual inicia su amplia trayectoria en las tropas mambisas.

En 1870 se le nombró comisionado en las costas de Santiago de Cuba y sus alrededores, con grado de alférez. En 1872 fue ascendido a teniente y en 1873 a capitán.

En noviembre de 1875 marcha a Las Villas a reforzar el contingente invasor de Máximo Gómez que maniobraba en esa región.

En marzo de 1876 es ascendido a comandante y Maceo lo asciende a coronel en 1878.

Participa en la Protesta de Baraguá y se va a la manigua durante la Guerra Chiquita en las inmediaciones de Santiago de Cuba. Sus principales acciones fueron las de Guisa, Auras, Manzanillo, Bueycito (Buey Arriba) y Yabazón (Gibara).

Concluida esta contienda partió para Jamaica en unión de Guillermón Moncada y José Maceo, el 4 de junio de 1880. Violando las garantías ofrecidas por el régimen español, uno de sus cañoneros detuvo el vapor en que viajaban en alta mar y fueron conducidos a Puerto Rico.

Luego los exportaron a España. Después de tres meses en la prisión de Cádiz, Quintín fue enviado al Castillo de Mahón, en las islas Baleares, junto con otros patriotas.

En 1886 regresa a Cuba. En 1895 encabeza uno de los alzamientos del 24 de febrero.

Junto a Maceo se va a la invasión a occidente al frente de la infantería de la columna invasora. Sus cargas al machete se hicieron famosas en los combates de Soledad, Guaramanao y La Reforma.

El 23 de marzo de 1897 cruzó la Trocha de Júcaro a Morón, en dirección a Sancti Spíritus, al frente de cien orientales de infantería, para asentarse de nuevo en la región de Trinidad, desde donde se negó a marchar a Occidente mientras no se le garantizaran los pertrechos que consideraba necesarios.

Por ese motivo, y otras indisciplinas, Gómez dispuso su destitución a comienzos de julio de 1897 y ordenó procesarlo jurídicamente. En el juicio fue acusado de desobediencia, insubordinación, sedición e inmoralidad.

Al concluir la Guerra de Independencia, debido a la oportunista intervención de las tropas estadounidenses en 1898 se estableció en La Habana y formó familia con la joven Virginia Zuaznábar y de dicha unión nacieron cinco hijos.

En la Republica neocolonial está sumamente pobre y se dedica a desempeñar varios oficios como recogedor de basuras y vendedor de jabones de muestra.

El 19 de agosto de 1906 se alzó contra la reelección del presidente Tomás Estrada Palma.

Se albergó en la finca El Garro, entre Arroyo Arenas y El Cano propiedad de Manuel Silveira, un simpatizante de los sublevados. Con un trabajador de la hacienda le envió una carta al propietario para que solicitara un salvoconducto al Gobierno.

Guiados por un trabajador de la finca, las fuerzas del Gobierno rodearon el sitio.  Al escuchar la orden de darle muerte desafió a los asesinos y les recordó que venía luchando por la libertad de Cuba desde 1851.

Fue muerto a tiros y machetazos. Cuatro balazos y siete cortaduras acabaron con la vida del valeroso mambí.

El presidente Tomás Estrada Palma se negó a que le entregaran el cadáver a la viuda y cuidó muy bien de que no se le rindieran honores.

Lo trasladaron al cementerio en el carro de la lechuza, que se destinaba a los pobres de solemnidad, y sobre su tumba, abierta en la tierra, no se pudo colocar su nombre.

El sacerdote Felipe Augusto Caballero colocó sobre el sepulcro su propio epitafio para identificarla y luego se lo comunicó a la viuda de Quintín con las siguientes palabras:

Ese es mi nombre, señora. Se ha hecho justicia con el general. Sus hijos no perderán los restos de su padre.

 

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