El 24 de agosto de 1879 en los campos cubanos hace 146 años, volvieron a escucharse los disparos liberadores, que pretendían conquistar la verdadera paz con independencia y abolición de la esclavitud, que se había frustrado con el Pacto del Zanjón.
Lo había dicho Maceo En mangos de Baraguá en Cuba no hay paz sin independencia ni justicia social para todos.
El sentimiento independentista se mantenía vivo en los conspiradores cubanos que no dudaron en lanzarse a la nueva contienda. Comenzaba la Guerra Chiquita, una nueva etapa redentora del pueblo cubano.
La Guerra Chiquita fue un movimiento armado que no llegó a alcanzar carácter nacional y en la práctica, constituyó la suma de varios alzamientos en determinadas zonas de Oriente y Las Villas, sin un plan único ni vínculos entre sí, y fue liderado por Calixto García.
Existían discrepancias en cuanto a métodos de dirección, entre el Comité Revolucionario Cubano, liderado por Calixto García desde Nueva York y los cubanos radicados en el occidente cubano, agrupados en el Club Central de La Habana.
Sin embargo los insurrectos orientales mantenían una comunicación más estable con Maceo.
Por otro lado la contrainteligencia española había penetrado en algunos grupos conspirativos de La Habana y Oriente.
También había detenciones y deportaciones como las de Flor Crombet y Mayía Rodríguez.
Todo ello conlleva a que el brigadier Belisario Grave de Peralta se levantara en armas con 200 hombres en la zona de San Lorenzo, Holguín. Acompañado por el teniente coronel Cornelio Rojas, Remigio Almaguer, y Luís Echevarria.
Se iniciaba la Guerra Chiquita a pesar de carecer de armamentos, avituallamiento y de organización en las ciudades para los futuros focos guerrilleros.
Seguidamente en las cercanías de Santiago de Cuba el 26 de agosto se alzó Quintín Banderas, y el 27 lo hizo en Holguín Ángel Guerra y en Las Tunas lo siguió Esteban Varona
Después enrumbaron a la manigua José Maceo y Guillermon Moncada a liderar las tropas en campaña.
A estos alzamientos se sumaron otros: el 23 de septiembre de 1879, en Baracoa, al frente de 200 hombres, se levantó el coronel Limbano Sánchez; el 5 de octubre de 1879, Mariano Torres y Jesús Rabí lideraron los levantamientos de Bayamo, Jiguaní y Baire.
En muchas partes de oriente algunos patriotas no se incorporaron a la lucha y esperaban la llegada de Antonio Maceo que se encontraba en Jamaica, pues para ellos era una garantía de que se iba a luchar por la independencia hasta vencer o morir.
En occidente José Martí y juan Gualberto Gómez esperaban un cargamento de armas y pertrechos , pero este núcleo también había sido penetrado por la inteligencia española y el 17 de septiembre Martí es detenido.
Tras varias gestiones el Capitán general de la isla dispone la deportación de Martí sin que se le atribuyeran causas, ni le celebrara juicio. Después es detenido Juan Gualberto e igualmente deportado.
El mayor general Calixto García, máximo dirigente de esta contienda, realizó varios intentos para llevar su expedición a Cuba y solo lo logró el 7 de mayo de 1880.
Después de sostener encuentros con los españoles, sufrir grandes bajas, no poder hacer contacto con los demás jefes alzados y confrontar serias dificultades de abastecimiento, se vio obligado a aceptar la capitulación el 3 de agosto de 1880 y fue conducido prisionero a La Habana y posteriormente a España.
La detención de Martí y Juan Gualberto, la llegada tardía de Calixto García, el abandono de algunas patriotas de las filas insurrectas, la falta de armas y la ausencia de Maceo, pues nunca lo recogieron en Jamaica como se previó, entre otras causas hicieron que la contienda fracasara.
José Martí valoró la Guerra Chiquita como una experiencia necesaria, demostrando que solo era posible la victoria si se contaba con un partido que unificara a los cubanos y los organizara para la lucha.