De acuerdo con las autoridades de la vía interoceánica, ese monto estará enfocado en inversiones a futuro, dando prioridad a la sostenibilidad hídrica con el proyecto del lago de río Indio, además de diversificación de negocios, inversiones en formación y bienestar del recurso humano, las cuencas tradicional y Occidental, así como garantizar la operación sostenible y competitiva del Canal.
También se prevé un aporte directo al Tesoro Nacional por tres mil 193.8 millones de dólares, lo que representa un incremento de 404.3 millones (4.5 por ciento) en comparación con el presupuesto del año fiscal 2025.
Esta nueva cifra marca el inicio de un periodo de inversiones destinadas a fortalecer el modelo de negocio y proteger el valor de la ruta a largo plazo.
GASODUCTO, NUEVA OPCIÓN
Con la construcción de un gasoducto, el Canal espera convertirse en una opción para el comercio mundial de Gas Licuado de Petróleo (GLP) y otros combustibles que exporta Estados Unidos a mercados asiáticos, dijo a Prensa Latina su administrador, Ricaurte Vázquez.
Según explicó el experto, este proyecto avanza hacia su fase de definición, junto con la licitación de nuevos puertos y la construcción del reservorio de agua en el río Indio. Estas obras forman parte de la estrategia de diversificación e infraestructura del Canal para sostener su competitividad, indicó.
Durante un conversatorio titulado “Canal de Panamá: Visión del futuro”, Vázquez precisó que por esa ruta, cuyos principales usuarios son Estados Unidos y China, transita alrededor del cinco por ciento el comercio marítimo mundial.
Más del 90 por ciento del propano, butano y etano enviado desde Estados Unidos a Asia utiliza actualmente el Canal de Panamá, agregó.
El funcionario cree que el transporte de combustible aumentará en los próximos años por la industrialización de India y otros factores, de ahí el interés en captar ese negocio creciente y esa cantidad de combustible que podría duplicarse en la próxima década, según explicó.
“Hemos invitado a las industrias para que escuchen la propuesta y para eventualmente precalificar la firma y posteriormente hacer una licitación”, indicó.
Los encuentros recientes con unas 40 empresas facilitaron dar a conocer a la Autoridad del Canal de Panamá -de primera mano- el interés de la industria, precisar qué gases se movilizarán, el tamaño de la obra, el esquema de almacenamiento y los contratos de tránsito.
Vázquez comentó que, dependiendo del volumen que se maneje, el proyecto debe tener dos terminales, una en el Atlántico, otra en el Pacífico, unidas por 76 kilómetros de tubería y en este diseño preliminar también se incluyen al menos tres ductos “para cada uno de los gases que se están considerando”.
También advirtió que el Canal enfrenta una competencia cada vez mayor en el comercio energético global y subrayó la necesidad de aprovechar el auge de las exportaciones de gas de Estados Unidos hacia Asia.
En su más reciente visita a Japón, el presidente de la República, José Raúl Mulino, presentó el proyecto en un foro empresarial con más de 30 compañías, donde la corporación Sumitomo manifestó su interés en participar.
La precalificación de interesados arrancará este año y la adjudicación final se prevé para el cuarto trimestre de 2026, según un comunicado oficial.
DIFERENCIAS CON ESTADOS UNIDOS
Pero no todo es gloria. Recientemente el presidente de la República, José Raúl Mulino, tuvo que esclarecer que ni el Gobierno ni la Autoridad del Canal de Panamá pueden bajar o subir tarifas para el tránsito de buques por la vía interoceánica de manera unilateral.
En un diálogo con medios de comunicación, sobre críticas al paso gratuito de embarcaciones de guerra de Estados Unidos por esta ruta, el mandatario aseveró que eso es inviable.
“Yo he sido claro con Estados Unidos, no puedo adoptar ninguna disposición que viole la Constitución y viole el Tratado de Neutralidad (1977)”, remarcó.
Para el jefe del Estado istmeño hay otras cosas que a lo mejor se pueden explorar, pero no tiene que ver con el tema de peajes por el Canal, que nadie puede tocarlo, agregó. “Por donde tú cojas este problema (del paso libre de los buques de guerra estadounidenses) se viola el Tratado”, reiteró.
El magnate republicano sin embargo ha insistido en paso libre y expedito de los buques militares por el Canal, lo que considera un derecho porque Estados Unidos coopera para garantizar la seguridad de la vía de 82 kilómetros que une el Atlántico con el Pacífico.
En abril último, durante una visita al istmo del ahora secretario de Guerra de Estados Unidos, Pete Hegseth, se firmó una declaración conjunta que “indica se trabajará en el desarrollo de un mecanismo que permita compensar servicios prestados en materia de seguridad por mercancías de buques de guerra y buques auxiliares, buscando un esquema de costo neutral”.
Recientemente los buques USS Sampson y el Lake Erie, destructores lanzamisiles del Ejército de Estados Unidos, atracaron en el muelle Amador, en el lado Pacífico, de esta capital, y transitaron por el Canal.
De acuerdo con autoridades locales, esa estadía formó parte de una “visita de cortesía”, pero suscitó cuestionamientos de diversas actores sociales en medio de la escalada de tensión por el despliegue militar frente a las costas de Venezuela, como parte de una operación supuestamente contra el narcotráfico.
RECUERDA PANAMÁ 48 AÑOS DE UN TRATADO
Panamá recordó el aniversario 48 de la firma de los Tratados sobre el Canal, protagonizados por el entonces presidente de Estados Unidos James Carter y el General Omar Torrijos, pero ahora bajo nuevas y más serias amenazas.
De acuerdo con el catedrático y exdiplomático Julio Yao, quien fuera asesor de Torrijos, muy vinculado al excanciller Juan Antonio Tack, ese acto representó un hito crucial en la historia nacional y el camino hacia la recuperación de la soberanía sobre la vía interoceánica, después de más de 85 años bajo administración extranjera.
Sin embargo, Yao aseveró en un reciente artículo que el suceso está fatalmente marcado por hechos que desvirtúan su trascendencia, entre otros, la vigencia a perpetuidad de un peligroso tratado de neutralidad y la firma de ofensivos memorandos de entendimiento entre Panamá y Washington, el más reciente en abril último, que legitiman la existencia de bases militares en el territorio istmeño.
El académico destacó el diseño desde antes de una estrategia diplomática en la que utilizaron foros y reuniones bilaterales con gobernantes de otros países para visibilizar el “problema canalero”, con el fin de crear una red de apoyo que presionara a los Estados Unidos a flexibilizar su reticente postura con respecto a las demandas locales.
Advirtió que en los Tratados se aduce la existencia de supuestos derechos de intervención, ya que después de aprobados por el Congreso estadounidense, se le introdujeron enmiendas y reservas que Panamá nunca aceptó.
La gran empresa patriótica del perfeccionamiento inconcluso de la independencia nacional debe continuar y urge hacerlo mediante un gran Pacto Nacional que enfrente, combata y elimine todo lo que minimice el valor y la entrega vital de los héroes de la Patria, subrayó en su escrito.
Sobre el tema, el sociólogo Virgilio Cerrud indicó que a 48 años de aquel acontecimiento, el actual gobierno de Panamá muestra una política entreguista, sumisa, saqueadora, perversa, mitómana y represiva.
Al respecto, el también docente opinó que la situación es grave y peligrosa para el desarrollo humano, la soberanía y la paz de la nación panameña, al permitir que Estados Unidos utilice el territorio nacional, haciendo eco a su política de sumisión hemisférica que intenta convertir a América Latina en su patio trasero.
Washington prevé la movilización de militares genocidas como si estuviéramos ocupados, incluidos aeropuertos, puertos de los servicios nacionales aeronavales y áreas en las riberas del Canal, en contra del Tratado de Neutralidad, lo que pone en peligro la integridad de la República, remarcó.
Los panameños no deben prestarse y menos apoyar la irresponsabilidad del desgobierno, señala en alusión al más reciente tránsito de embarcaciones militares norteamericanas por el Canal rumbo al mar Caribe, donde se concentran fuerzas que amenazan a Venezuela.
A 48 años de la firma de los Tratados Torrijos -Carter, un Canal para la paz y no para la guerra debería ser el principal reclamo de los patriotas panameños, subrayó.