México: El primer año de Claudia Sheinbaum

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Por Prensa Latina (PL) | 30 septiembre, 2025 |
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AP Foto/Marco Ugarte, Archivo

Ciudad de México – La presidenta Claudia Sheinbaum llega a su primer año de gobierno con el rumbo puesto en consolidar el proceso de transformaciones en México y una gestión avalada por más del 70 por ciento de la población.

Así lo indican recientes encuestas al dejar constancia, además, del respaldo superior en el caso de la primera mujer mandataria del país, con respecto al apoyo recibido por los cinco gobernantes anteriores tras 12 meses de asumir las riendas de la nación.

Los sondeos van más allá de los números fríos: los mexicanos la consideran “preparada para gobernar, honesta, con carácter y que entiende las preocupaciones de la gente”, según el área de estudios económicos de Banamex, basada en datos de prestigiosas empresas como Mitofsky.

Continuadora de un proceso iniciado en 2018 con la llegada a la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador y abanderada de la alianza del gobernante Movimiento de Regeneración Nacional y los partidos del Trabajo y Verde Ecologista, Sheinbaum arrasó en las elecciones de junio del año pasado.

No solo superó a sus más cercanos oponentes, cuyas papeletas sumadas ni siquiera pudieron alcanzarle, sino que se erigió la candidata más votada en la historia reciente del país con casi 36 millones de sufragios y su coalición se impuso por amplio margen en el Senado y la Cámara de Diputados.

Tanto durante su campaña, como en la transición de gobierno y la toma de protesta el 1 de octubre de ese mismo año, la actual dignataria arrojó luz sobre el signo de su administración, que emprendería –así lo llamó- el Segundo Piso de la Cuarta Transformación de la vida pública de México.

El primero lo había levantado López Obrador bajo principios como la democracia, la defensa de la soberanía, la austeridad republicana, la prosperidad compartida, la separación del poder político del económico y la lucha contra la corrupción, un mal enraizado por décadas.

“Cambió el modelo de desarrollo del país, del fracasado modelo neoliberal y el régimen de corrupción y privilegios a uno que surgió de la fecunda historia de México, del amor al pueblo y de la honestidad, lo llamamos el Humanismo Mexicano”, resumía hace un año la Presidenta.

La nueva visión, con premisas fundamentales como “Por el bien de todos, primero los pobres” dio frutos: entre 2018 y 2024, sexenio de López Obrador (AMLO), 13,4 millones de personas salieron de esa condición, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Al hecho de sellar el nivel más bajo en esa área desde hace por lo menos 40 años, se sumó un marcado descenso en otro indicador: el Coeficiente de Gini pasó de 0,426 a 0,391, convirtiendo a México en el segundo país con menor desigualdad de América, solo superado por Canadá.

Sheinbaum decidió seguir por la misma ruta de su predecesor con aumentos al salario mínimo, luego de gobiernos que mantuvieron los sueldos estancados y presumían la mano de obra barata en el país, así como el mantenimiento de una serie de programas sociales.

CONTINUIDAD Y SELLO PROPIO

Además de proseguir con esas iniciativas, consideradas clave en la reducción de la pobreza, sumó tres nuevos programas: apoyo bimestral a las mujeres de 60 a 64 años, becas para alumnos de escuelas públicas y atención médica en su domicilio a ancianos y personas con discapacidad.

También echó a andar planes en educación, entre estos, el Bachillerato Nacional, que integra y armoniza todos los Sistemas de Educación Media Superior, al tiempo que robusteció las Universidades del Bienestar Benito Juárez y extendió a todo el país la Rosario Castellanos.

El fortalecimiento de los principales sistemas de salud pública fue tema esencial en su agenda, que incluyó hasta agosto la inauguración de 15 hospitales y la perspectiva de otros 16 en lo restante de 2025 para totalizar 31 instalaciones.

Bajo su gobierno comenzó la construcción de 249 mil viviendas, a lo cual se añade el otorgamiento de 236 mil apoyos y créditos de mejoramiento de casas, así como la entrega gratuita de 189 mil escrituras a familias de toda la nación.

La jefa del Ejecutivo inauguró obras iniciadas en el sexenio anterior, como el tramo Escárcega-Chetumal del Tren Maya y Centros de Atención a Visitantes en Zonas Arqueológicas, pero también dio el banderazo de salida a nuevos proyectos carreteros, ferroviarios, y de agua potable y saneamiento.

“Nos hicieron creer que la única inversión que importaba era la privada, que por supuesto es muy importante; pero que el Estado debía replegarse y dejar al mercado la conducción del desarrollo. Ese fue el dogma neoliberal que redujo al gobierno a un mero espectador”, dijo a principios de septiembre.

Al presentar su primer informe de rendición de cuentas, la mandataria volvió a reivindicar el legado de AMLO:

“Desde hace siete años afirmamos lo contrario: la inversión pública es motor de bienestar y crecimiento con justicia. Con obras de infraestructura, escuelas, hospitales, caminos, trenes, sistemas de agua y energía, el Estado impulsa no solo la economía, sino también la dignidad de las personas”.

A la par de estas y otras acciones, como el envío de reformas a la carta magna y normativas para garantizar derechos a los más vulnerables y fortalecer la soberanía nacional, la mandataria hizo énfasis en el combate a la inseguridad, considerada la principal preocupación de los mexicanos.

Los datos más recientes develan un panorama alentador: desde el 1 de octubre pasado hasta el 8 de septiembre último, las fuerzas del orden detuvieron a 32 mil 400 personas por delitos de alto impacto y decomisaron 16 mil armas de fuego y 245 toneladas de estupefacientes.

Para el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García, estos resultados de la estrategia nacional en la materia han tenido un efecto directo en la reducción de la violencia, reflejado en un descenso del 32 por ciento en los homicidios dolosos en 11 meses.

CABEZA FRÍA EN TIEMPOS DE TRUMP

De cara a un nuevo orden comercial, marcado por la batería de aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a casi todo el mundo, la respuesta de Sheinbaum y su enfoque de “cabeza fría” ante las posturas del magnate recibió elogios dentro y fuera de las fronteras de México.

Palabras como “firmeza”, “inteligencia”, “serenidad” o “determinación” ocuparon las expresiones de políticos, ciudadanos y medios de prensa, algunos de los cuales descartaban un año antes un buen resultado para el país frente a un socio calificado de arrogante e impredecible.

Si bien sobre México pesa un gravamen del 25 por ciento en el caso de los productos fuera del tratado de libre comercio entre esta nación, Estados Unidos y Canadá, además de los aplicados sobre otros como acero o autos, la enorme mayoría de sus ventas a aquella nación se mantiene libre de tarifas.

Es “el país con el menor porcentaje de tarifas arancelarias, en promedio, en todo el mundo y continuamos trabajando” con las Secretarías del territorio vecino, expuso Sheinbaum hace algunas semanas, al confiar en que, en el marco del tratado comercial, puede alcanzar aún mejores condiciones.

Pero la Presidenta fue más allá: promovió la diversificación de las exportaciones con acuerdos de entendimiento con Brasil, un plan de acción para fortalecer los lazos con Canadá y la formalización de la actualización del Acuerdo Comercial con la Unión Europea.

Emprendió, además, el Plan México, una estrategia de desarrollo con la participación de los sectores público y privado que apunta a producir más para el consumo interno, sustituir importaciones, fortalecer el comercio exterior y fomentar la inversión en el marco del desarrollo regional.

Los resultados rompieron pronósticos: crecimiento del producto interno bruto, cuando algunos organismos auguraban desaceleración; récord de inversión extranjera directa en el primer semestre (36 mil millones de dólares), una moneda estable y una tasa de desempleo de 2,9 por ciento.

Si bien se mantienen y perfilan retos hacia el futuro, estos 12 meses de Sheinbaum, quien reivindicó el valor de las heroínas nacionales y llevó a la Constitución la igualdad sustantiva de las féminas, confirma para muchos el buen rumbo del país bajo el liderazgo de su primera mujer presidenta.

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