AMAURY DE JESÚS PALACIO PUEBLA NACIÓ EN MANZANILLO EN 1976. ES UN DESTACADO CREADOR Y REPRESENTANTE DE LA PINTURA DE HISTORIA EN CUBA

La formación en la Escuela Elemental de Artes Plásticas Carlos Enríquez, en su tierra natal y luego en la academia santiaguera José Joaquín Tejada, le brindaron las herramientas necesarias para convertirse en un maestro del retrato, género elegido como forma de expresión artística.
La influencia del neoclasicismo del siglo XVIII resulta evidente en la obra de Amaury, quien logra aunar la tradición, con una mirada contemporánea. Este carácter artístico, que marcó un hito en las artes visuales cubanas, fomentó el enfoque narrativo en la pintura, permitiéndole atrapar eventos significativos de la historia cubana y representarlos de manera visual y emotiva.
Uno de los aspectos más llamativos de su obra es el tratamiento cuidadoso de la figura humana. Utilizando óleo sobre lienzo, presenta personajes emblemáticos como Carlos Manuel de Céspedes, en traje de campaña.
Esta representación no solo rinde homenaje al Padre de la Patria, sino que también establece un diálogo entre el pasado y el presente, mostrando cómo nuestros patricios mantienen sus esencias en la identidad nacional cubana.
Además de Céspedes, ha retratado, con su pincel, a figuras históricas como José Martí, cuya imagen ecuestre se encuentra en el Memorial de Dos Ríos, y a otros patriotas como Bartolomé Masó, Francisco Vicente Aguilera y Máximo Gómez.
Las mujeres también ocupan un lugar destacado en su galería: Canducha Figueredo y Candelaria Acosta cobran vida mediante la pincelada empeñada en lograr cada detalle.
Su obra no se limita a los héroes de la independencia; también refleja la riqueza cultural contemporánea de Cuba. Personalidades como el poeta Miguel Barnet, la bailarina Alicia Alonso, el director de la orquesta Original de Manzanillo, Wilfredo, Pachi, Naranjo Verdecia, el historiador Eusebio Leal y artistas internacionales como Oswaldo Guayasamín quedan atrapados por el color y la insistencia creativa, revelando la profundidad de carácter y la humanidad de sus personajes, contribuyendo a una narrativa visual multifacética.
Su trayectoria profesional incluye más de una decena de exposiciones individuales y cerca de treinta colectivas, tanto en Cuba como en el extranjero, reconocida con premios y menciones en importantes salones y eventos artísticos, lo que evidencia la alta calidad de su trabajo.
Ha recibido, además, distinciones conferidas por diversas instituciones del sector cultural, consolidando su posición en el ámbito artístico contemporáneo.
A medida que avanza en su carrera, Palacio Puebla, mantiene firme la postura como defensor de la pintura de historia, un género que, aunque escasamente tratado hoy, encuentra en él a un renovador de estilo, con enfoque singular, dispuesto a perdurar en la memoria de los cubanos amantes de la visualidad nacional.