
Aunque las mujeres rurales registran avances en el derecho a la tenencia de tierras, todavía falta un mayor empoderamiento, tras incorporarse a las labores agrícolas. Su aporte en los últimos años, avala la importancia de seguir promoviendo las políticas que fortalezcan el acceso de las féminas, en el propósito de materializar potencialidades y autonomía económica.
Como testimonio del crecimiento y la grandeza de las campesinas granmenses, La Demajagua tuvo la oportunidad de conversar con participantes, en el reciente homenaje, organizado en ocasión del Día internacional que se celebra cada 15 de octubre en la provincia.
De sus vivencias, Odalis Ávila Fonseca, de la Cooperativa de créditos y servicios VIII Congreso, narra el aprendizaje constante que le tributa la crianza del ganado vacuno y los buenos resultados en la producción de leche fresca.
“Me ha ido de lo mejor, en los 15 años vinculada al sector, con la venta directa a la bodega, cumpliendo las entregas contratadas todos los meses”.
Señaló que, desde las 4:00 de la madrugada, entra en acción, para atender los quehaceres hogareños y al terminar el ordeño de las vacas, sale en un carretón a cumplir los compromisos en la comercialización.
Casada hace 35 años con Iraldo Escalona Escalona, también productor ganadero, quien la instó a solicitar la tierra en usufructo y comparte experiencias en la actividad agropecuaria.
Ávila Fonseca dijo sentirse realizada, con la familia que formaron, integrada por la hija y dos nietecitos. Su meta es seguir incrementado los animales de raza lechera y los volúmenes productivos, además de crecer con nuevas hectáreas e ingresos monetarios, para invertir en el desarrollo de la finca La Dichosa.
Mientras, Nereida Barredo Montes de Oca, jefa del Servicio Estatal Forestal, en el municipio de Yara, con una larga trayectoria, como especialista en silvicultura y en cargo de dirección, en los que suma más de 35 años de labor.

Barredo Montes de Oca calificó de arduo el trabajo, camina muchos kilómetros, por extensos terrenos, para certificar las plantaciones, en franjas hidroreguladoras de los ríos, áreas protegidas, proyectos forestales y de conservación de la flora y la fauna, entre otros.
La ingeniera forestal explicó que, igualmente, acomete la capacitación de los integrantes del movimiento cooperativo y campesino, llevándoles los conocimientos teórico-prácticos en cada lugar.
“Siento amor por el medio ambiente y soy defensora de la preservación de los recursos de la madre naturaleza, por eso estoy en esta rama”, puntualizó, quien ganó en el 2025, el premio a la creatividad de la mujer en el medio rural, otorgado por la Asociación cubana de Técnicos agrícolas y forestales.
Con una familia que componen dos hijos, la hembra estomatóloga y el varón ingeniero informático, manifestó satisfacción y motivaciones, para continuar la tarea, enfrentando las diversas dificultades, sin pensar aún en la jubilación.
Militante del Partido Comunista de Cuba, ingresó por la vía de la Unión de Jóvenes Comunista, en 1995 y se mantiene activa en las organizaciones políticas y de masas en el barrio.
Otra mujer emprendedora, que disfruta la vida en el campo, es Tania Solano Viltres, quien hace seis años puso a producir el terreno que recibió en usufructo, donde dijo haber aprendido y crecido con el amor al trabajo.

Ella valora como fundamental la superación, a partir de la adquisición de conocimientos y de las mejores prácticas, en el intercambio con los productores, especialistas y la búsqueda de información en las plataformas de la Internet.
Solano Viltres planteó que ha podido paliar las carencias de insumos con la aplicación de productos biológicos y la utilización de los servicios de los drones, estos últimos hace dos años, con efectivos resultados en el cultivo de arroz.
Consideró que fue una experiencia maravillosa, que le ahorró tiempo y productos a emplear, servicio que no ha vuelto a recibir y tiene la esperanza que la provincia pueda rescatar el uso de esta tecnología, no obstante el desdeño de algunos campesinos por desconocimiento.
Indicó que en la más reciente campaña logró plantar sus más de cinco hectáreas, ubicadas en el sitio conocido por Las Mochas, con la variedad de semilla LP-5, resistente a las plagas y alto potencial en los rendimientos agrícolas.
La otrora profesora de la Enseñanza Secundaria en la especialidad de informática, dijo qué decidió cambiar de profesión para seguirle los pasos al padre y el hermano en el trabajo con la tierra.
Al respecto, expresó que lo disfruta, desde que comienza la preparación de las áreas, las siembras y ver cómo va brotando cada plantica, y a la vez ratificó su compromiso de hacer el máximo esfuerzo para contribuir a salir adelante en la sustitución de la importación del cereal.
Hoy, Granma cuenta con un caudal de mujeres sencillas, amantes de la tierra y la familia que resaltan por su consagración, fortaleza y sabiduría, erigidas en ejemplo que contagia de alegría y optimismo, en un contexto complejo, retador y de difícil bregar.