Previo al inicio del campeonato, comentamos en estas páginas que las posibilidades de Villa Clara para avanzar a la postemporada eran bien limitadas. Una nómina joven e inexperta, los resultados más reciente del territorio y el estudio de los rivales, fueron elementos de peso para pronosticar que podían afrontar una serie bien discreta.
El análisis no estaba lejos de lo que ha sucedido. Hasta la jornada de hoy Villa Clara apenas suma nueve victorias y 19 fracasos, y avanzan en la decimocuarta posición de la tabla, lo que hace muy complicado buscar un puesto dentro de los ocho primeros.
Pese a este panorama, están protagonizando una serie muy interesante ante los actules campeones. Ayer triunfaron con pizarra final de 3-1.
Randy Cueto se lució en el montículo, al trabajar ocho capítulos con cinco ponches y una sola carrera.
No obstante, lo más novedoso del partido lo protagonizó Mailon Tomás Alonso, quien alineó como cuarto bate y jardinero derecho, disparó un cuadrangular solitario y, como si eso no fuera suficiente, en la novena entrada se encaramó en el box y sacó los últimos tres outs del partido para anotarse el salvamento.
En conversación con el avezado estadístico Arnelio Álvarez, nos explicó que es muy difícil encontrar una hazaña similar en la pelota cubana, aunque no descarta que en los inicios de las series nacionales pudo haber ocurrido. El especialista ya busca el dato preciso y en los próximos días seguro nos sorprende con una disertación.
Lo que sí podemos asegurar es que Mailon Tomás no olvidará el juego de ayer, ante su público, fue pieza clave desde el box y el cajón de bateo; de ahí que nos preguntamos si es un bateador que se sube al box o viceversa.
El profesor José Manuel Cortina, uno de los mejores entrenadores de pitcheo en Cuba, nos ha dicho que «cuando el pitcher batea, aprende a sentir qué se necesita para dominar a los bateadores, gana más confianza para enfrentarlos y se apropia de un pensamiento de bateador para poder predecir mejor lo que ellos están pensando».
En su libro Confesiones de pitcheo, expresa que hoy «a nuestros lanzadores los hacemos lanzadores sin antes hacerlos jugadores de beisbol, y creo que el lanzador debe ganar en habilidades del juego, incluido el batear, para cuando lancen lo hagan como bateador y no como lanzador».
En Cuba muchos han sido los lanzadores que se han consolidado como bateadores, y hasta en las mismísimas Grandes Ligas, en las que se ha perdido el bateador designado, pero ese será un próximo comentario.