La XXX Conferencia de Naciones Unidas sobre el Clima (COP30) dedica este miércoles a un enfoque integrado que cruza comunidades afrodescendientes, pesca, turismo y seguridad alimentaria, con el propósito de mostrar cómo los países buscan proteger a quienes viven en primera línea de la crisis climática.
El retorno de Lula eleva la expectativa diplomática entre bloques negociadores aún trabados por la propuesta para avanzar hacia la eliminación gradual de los combustibles fósiles.
Desde temprano, mujeres de distintas regiones comparten testimonios que conectan sus territorios con soluciones que ya están moldeando respuestas a la emergencia climática.
Brasil acompaña esas voces con la presentación de avances del Protocolo Nacional para Mujeres y Niñas en Emergencias Climáticas, considerado una pieza clave para consolidar una gobernanza más equitativa y con enfoque de género.
Un primer gran hito del día surge en el Segmento Ministerial de Alto Nivel sobre Agricultura, en el que la degradación de tierras será presentada como uno de los desafíos más urgentes del planeta.
En ese espacio se lanza la Iniciativa RAIZ, legado de la COP30 orientado a restaurar suelos agrícolas degradados e integrar prácticas sostenibles en los sistemas alimentarios globales.
Más del 30 por ciento de las tierras agrícolas del mundo muestran ya signos de degradación, un dato que la conferencia utiliza para presionar por más financiamiento y cooperación internacional.
Los anuncios continuaron con nuevas alianzas. La Coalición para el Clima y el Aire Limpio presenta su Iniciativa Estratégica en Agricultura 2026–2028, que incorpora un renovado llamado a la acción sobre fertilizantes.
El enfoque de género regresa al centro de la agenda con el espacio «Integrando Mujeres en la Lucha Contra la Crisis Climática», en el que Brasil detalla los elementos centrales de su protocolo para impulsar la participación femenina en emergencias y desastres climáticos.
La jornada culminará con el Evento de Alto Nivel de la Acción Climática Global, una sesión que aspira a exhibir resultados tangibles, reforzar la cooperación y convocar esfuerzos colectivos para que el foro deje impactos medibles en las comunidades del mundo real.
Muchos delegados coinciden en que el liderazgo político de Lula podría ser decisivo para determinar si la COP30 concluye con un acuerdo robusto o si las brechas persisten, pese a los llamados a construir un futuro más resiliente e inclusivo.

