
La 41 Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2025) se erige como mucho más que un escaparate comercial: es la radiografía de una nación en transformación. Con una visión estratégica de futuro, la feria ha reestructurado su oferta presentando cinco áreas temáticas clave que exhiben las potencialidades y oportunidades que impulsan la evolución económica nacional.
Entre estos ejes destaca con particular relevancia el pabellón dedicado a la “Transición Energética”, inaugurado este lunes en Expocuba. En un contexto global y local marcado por complejidades en el sector, este espacio surge con el objetivo fundamental de presentar soluciones soberanas y sostenibles a la crisis energética. Y no se trata de una mera exhibición tecnológica, sino de una plataforma para el debate, la atracción de inversiones y la construcción colectiva de la hoja de ruta que permita a Cuba migrar hacia un modelo energético más resiliente, limpio y eficiente.
Junto a este pilar esencial, la feria despliega otros cuatro motores de desarrollo: “Hecho en Cuba”, que promueve lo mejor de la producción nacional; “IA Cuba”, que exhibe el talento local en inteligencia artificial; “Cuba Única”, dedicada al estratégico sector turístico; y “Mecanismos de Integración”, foro de cooperación Sur-Sur. No obstante, la transición energética adquiere en nuestro contexto una significación singular, al constituir una apuesta transversal que conecta e impulsa a todos los actores del entramado productivo cubano en su búsqueda de desarrollo económico y social sostenible.
Voces expertas trazan el camino

La especialista Marlenis Águila Zamora, del departamento de Energía Renovable del Ministerio de Energía y Minas, enfatizó el carácter inclusivo de esta convocatoria, dirigida tanto a empresas estatales como no estatales, cuyo rol consideró fundamental para “generar y producir equipos que satisfagan todas las necesidades de este proceso”. Subrayó que la Feria proporciona el escenario idóneo para que estos actores, junto a universidades y la Unión Eléctrica, converjan en un mismo espacio.
En cuanto a los avances tangibles, Águila Zamora destacó el “gran programa de instalación de parques solares fotovoltaicos”, que ya cuenta con más de 1000 MW operativos integrados al sistema eléctrico nacional. Estos resultados corresponden a la primera etapa del plan, dirigida a alcanzar el 24% de participación de las fuentes renovables en la matriz de generación.
La visión futura, explicó, contempla una segunda etapa hasta 2035 orientada a “la independencia eléctrica utilizando nuestro combustible nativo, el gas acompañante y las fuentes renovables”, con la meta final de lograr una matriz 100% renovable.

Desde el ámbito académico, Manuel Alejandro Rubio Rodríguez, coordinador del Grupo Nacional de Universidades para las Fuentes Renovables, detalló la evolución de este vínculo que se remonta a 2014. “Desde entonces, las universidades fueron invitadas a participar en la consulta para la elaboración de esa política y, posteriormente, a apoyar su implementación”, afirmó.
Esta colaboración se institucionalizó en 2019 con la creación de GENUFRE, red que ha trabajado “desde la ciencia y la innovación en la aplicación de la política”.
Rubio Rodríguez especificó cómo cada institución académica contribuye con soluciones concretas: desde la asesoría de la Universidad de La Habana al programa solar de la Unión Eléctrica, hasta el trabajo de la Universidad Central de Las Villas (UCLV) con AZCUBA en el aprovechamiento de la biomasa cañera.
El coordinador anunció que actualmente se implementan “12 proyectos de innovación con distintos niveles de madurez tecnológica”, incluyendo estaciones de carga, biodigestores y concentradores solares que pronto estarán disponibles para la industria nacional.
Compromiso empresarial y participación ciudadana

Edel Gómez Gómez, director de la Empresa Industria Electrónica Camilo Cienfuegos, recalcó que “la transición energética debe ser un asunto de todos”. Ilustró esta afirmación con el ejemplo de su entidad, que ha instalado “1,9 MW con 32 parques fotovoltaicos, lo que le permite generar toda su energía e inyectar al Sistema Electroenergético Nacional un nivel importante de kW diarios”, transformándose así de carga a apoyo para la red.
El directivo enumeró diversas soluciones, como bombas fotovoltaicas para vaquerías e industrias, y estaciones de carga solar (“solineras”) capaces de suministrar energía a miles de triciclos y motos, además de vehículos eléctricos y tractores. Desde la industria nacional, destacó el ensamblaje de “más de 325 inversores para parques fotovoltaicos”, demostrando la apropiación efectiva de estas tecnologías.
La convergencia de esfuerzos institucionales, académicos, empresariales y ciudadanos en FIHAV 2025 evidencia que la transición energética trasciende lo técnico para erigirse en proyecto de nación, un propósito unificador que, como señalara Gómez Gómez, constituye verdaderamente “una tarea de todos”.
