La  orquesta Son Verdad, destacado colectivo artístico de Manzanillo, arribó a su primer cuarto de siglo, luego de su fundación el 22 de noviembre del año 2000, coincidiendo con el Día de Santa Cecilia, patrona de los músicos y los poetas.

Bajo la dirección de Ignacio Ramiro Zayas Alba, resalta por su repertorio y arreglos propios, así como por el talento de sus músicos, importante capítulo que ha cautivado a públicos tanto locales como internacionales.

Durante la primera década de trabajo, la orquesta protagonizó una exitosa gira por Canadá, donde se convirtió en el grupo de mayor convocatoria en el festival y carnaval de música latina, recibiendo amplios reconocimientos en los festejos de salsa de la región.

Uno de los momentos más memorables para Zayas Alba ocurrió cuando, junto a un financiero, se dirigieron a alquilar un teclado en una tienda local. En ese lugar, un dependiente lo reconoció y le dijo: “Mírese ahí tocando con su orquesta”, aludiendo a un televisor con una transmisión del evento y a carteles luminosos anunciando su actuación. Esta anécdota ilustra el impacto y la promoción que ha ganado la orquesta en el extranjero.

En la obra del Maestro, se vislumbran tres acontecimientos que lo ocupan: la formación académica de sus estudiantes, la celebración de los 25 años de la agrupación y sus 50 de vida profesional: (

“Me inicié en la música popular a los 13 años, con el profesor de guitarra Hugo Naranjo, por resultar de su dominio, tardíamente si lo comparamos con las exigencias actuales de la Enseñanza Artística.

“Luego estudié en la Escuela de arte de El Caney y egresé como el mejor expediente del antiguo Oriente, aprendí guitarra en la Escuela Nacional de Arte y como estímulo me dejaron de maestro en el referido centro.

“De regreso trabajé en la Academia de El Yarey, y al volver a Manzanillo me desempeñé como asesor provincial de música, tiempo en el que se convocó a un examen en La Habana para cursar estudios de Nivel Medio Superior en la Enseñanza Artística, retorné con categoría de Excelencia en la música de concierto.

“Integré el claustro de profesores en la Escuela elemental de música Manuel Navarro Luna y años después me nombraron como director, responsabilidad que asumí durante tres décadas”,

Por ese tiempo hacia arreglos para varias de las grandes orquestas de la ciudad  y  mantuvo una relación cercana con la Original de Manzanillo, aunque decidió priorizar sus estudios y su pasión por la docencia.

El compromiso con la educación musical, la celebración de su orquesta y el particular modo de festejar el medio siglo de vida artística, se entrelazan en una visión particular de Ramiro, que se inscribe con acierto en la historia musical de Manzanillo.