Ecuaciones para la vida

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Por Ismara Pérez Orosco | 2 diciembre, 2025 |
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FOTO Ismara Pérez Orosco

Su pasión siempre fueron las Matemáticas, aunque en la Pedagogía encontró la verdadera vocación que hoy lo lleva a ser aclamado y querido por colegas, niños y jóvenes que buscan en él explicaciones certeras sobre el mundo de los números.

Dannisel Rodríguez Mas es un joven pilonero, titulado de la Universidad de Oriente en la carrera de Matemática Pura, que al graduarse formó parte del plantel de metodólogos de la Enseñanza Media.

“La carrera pedagógica la veía ‘simple’, así que busqué otra con mayor complejidad, una ciencia pura; ingresé en la tercera edición del proyecto Grado Doce, liderado por el Comandante en Jefe Fidel Castro, el cual pienso que debería retomarse con el objetivo de aumentar la matrícula en estas carreras”.

Explica “el profe”, como muchos le llaman, que el cambio a la universidad fue un proceso repentino, aunque agradece esta experiencia, pues significó una gran lección de vida: “nos formamos bajo conceptos de estudios muy rigurosos”.

En 2018, al graduarse, este abnegado joven explica que fue ubicado laboralmente por la Dirección General de Educación, debido a un déficit de personal en su especialidad.

“A la par, desempeñé la función de metodólogo en Secundaria Básica y Preuniversitario, lo que significó un choque, pues en mi carrera no estudié muchos de los términos que se utilizan en Educación, pero con mucho empeño, me autopreparé y, con la ayuda de mis compañeros, logré ejercer satisfactoriamente”.

Durante este periodo, Rodríguez Mas participó en varios eventos científicos, foros a nivel de base, municipales y de carácter provincial; además, concursó en el evento internacional CompuMat 2019 en la Universidad de La Habana y en Pedagogía 2023.

“Fue una experiencia genial haber participado en el evento de Pedagogía, ya que fue una oportunidad para intercambiar con colegas de varias partes del mundo que llegan para aprender de nuestro sistema educacional, que es considerado un ejemplo mundialmente por su nivel de inclusión”, expresa con emoción.

Recorriendo el camino de la Pedagogía, Rodríguez Mas asumió la dirección de la Secundaria Básica Ignacio Pérez Zamora, en la que había trabajado como metodólogo.

“El trabajo como director es complejo, porque se trata de adolescentes, pero lo disfruté, no por el hecho de dirigir, sino por el aprendizaje; además, vi la vida desde otro punto de vista, comparándolo a cuando yo estudiaba allí. Siento que dejé mi huella y hasta me siento viejo cuando me llaman ‘director’ por la calle”.

Rodríguez Mas expresa que, en estos tiempos tan complejos, en lugar de regañar se debe educar, conversar y hasta servir de amigo a los estudiantes.

“Cuando llevaba a los alumnos a la dirección, no lo hacía como un análisis; entablaba un tema de conversación, buscaba métodos diferentes para insertar a estos niños con dificultades y darles responsabilidad, porque a veces es falta de cariño. Pienso que cada guía de grupo y psicopedagogo debe conocer la situación de cada estudiante para saber qué le falta y entender qué brindarle y cómo”.

Este experimentado joven de 31 años cree que hay una debilidad en el sistema educacional en la correcta identificación de las problemáticas de los estudiantes, tanto en la familia como en la comunidad y la escuela.

“Todo está en papeles, pero a la hora de trabajar con el adolescente no se procede correctamente, opino que deben saberse muchas cuestiones: relaciones interpersonales, situación económica, de salud y más, antes de juzgar su rendimiento académico, porque hay niños que siempre son brillantes, pero otros tienen disímiles problemáticas”.

Frente a las aulas, también ha despuntado este pedagogo, pues fue repasador en su asignatura durante la preparación para las pruebas de ingreso al Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE), logrando en ese año el 100 por ciento de promoción.

“Los profes compartíamos los temas y los intercambiábamos, porque hay estudiantes que entienden más a un profesor que a otro, no teníamos horario, estábamos a las 2:00 o las 5:00 de la mañana en el Preuniversitario de Sevilla”.

En su casa, recibía también visitas inesperadas de estudiantes de primaria o de cualquier nivel en busca de explicaciones, Rodríguez Mas expresaa que a veces estaba ocupado, pero siempre encontraba el momento para aclarar las dudas y pagar la deuda moral por la educación recibida.

El magisterio debe ejercerse desde una postura optimista e impetuosa que impulse al educando a estudiar, así piensa Dannisel, quien también opina: “el profesor debe ser un activista del trabajo político-ideológico, el resultado será la continuidad que pide la Revolución y la claridad que aportará al estudiante”.

Actualmente, este joven se encuentra ejerciendo el cargo de coordinador político del Partido Comunista de Cuba: “es una misión de la organización rectora y hay que cumplirla, me tocó esta tarea y la estoy asumiendo con responsabilidad, aunque no dejo de ser un profesor, pues continúo vinculado con todos los factores de la comunidad”.

Su deseo de continuar ejerciendo la Pedagogía está vigente: “estoy aquí porque la Revolución me necesita, pero adoro trabajar con estudiantes, no lo escogí como profesión, y al final me terminó encantando”.

El joven residente en la comunidad de Ojo de Agua plantea que: “la única forma de continuar nuestro proceso revolucionario es que el sector educacional siga dando un paso al frente. No por gusto este sector es quien más aporta cuadros a la Revolución, además del trabajo ideológico que se realiza con los estudiantes”.

Orgulloso de la sociedad cubana y del proceso revolucionario construido, el Máster en Ciencias alega “estamos en una sociedad alfabetizada, que sabe y decide cuál será su futuro, y es un privilegio que los demás países del mundo no tienen. Sin educación, no hay Revolución posible”.

La mayor deuda que siente Dannisel es con todos los jóvenes que no han logrado llegar a la educación superior y así lo desean, expresa “recomiendo a todos llegar a la universidad, intentarlo al menos; es la etapa que nos forja como profesionales, pero también nos abre una ventana al mundo y cambia nuestra forma de pensar; la universidad no es una carrera de velocidad, sino de resistencia, existen problemas, pero hay que seguir”.

Enmarcado en el proceso de superación, Dannisel Rodríguez Mas comparte su tiempo entre el doctorado, la producción de alimentos, el trabajo en el PCC y su más fuerte vocación: ser el profe de Matemáticas.

 

 

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