Noventa y un años han transcurrido del natalicio de Frank País García. Nació este hijo ilustre de Santiago de Cuba, el 7 de diciembre de 1934. Su vida estuvo marcada por un profundo compromiso con la lucha revolucionaria y la búsqueda de la justicia social en su país.
Comenzó a trabajar como maestro en 1954 en el Colegio del Salvador, donde se destacó por difundir ideas nacionalistas, democráticas y cristianas, especialmente el pensamiento y la obra de José Martí.
En 1954, Frank País, Pepito Tey y otros jóvenes del Oriente cubano crearon Acción Revolucionaria Oriental (ARO) con el propósito de organizar la lucha armada contra la tiranía de Batista. Meses después cambian el nombre de la organización por Acción Nacional Revolucionaria (ANR).
Frank País, cuyo nombre de guerra era David, había participado en los sucesos del 30 de noviembre de 1956, cuando jóvenes revolucionarios apoyan al desembarco de los expedicionarios del yate Granma liderados por Fidel Castro.
Su capacidad, firmeza, decisión y condición de jefe del MR-26-7 en Oriente hacen que Fidel tenga confianza absoluta en él. De tal manera que Fidel lo calificó como “Símbolo de toda la generación que se sacrificó”.
El 9 de marzo de 1957 fue detenido y procesado junto con los sobrevivientes del Granma y los combatientes del levantamiento del 30 de noviembre, en medio de una gran agitación popular.
Este hecho marcó un punto importante en su vida política, se convirtió en uno de los principales organizadores del apoyo a la guerrilla de Sierra Maestra y que la insurrección armada se extendiera de Oriente a Occidente.
Frank País se destacó como dirigente estudiantil, fue uno de los principales cabecillas de la Asociación de Estudiantes, y partidario del movimiento latinoamericano de Reforma Universitaria, integrando el Bloque Revolucionario Estudiantil Normalista (BREN), constituyendo la Federación Local de Centros de Segunda Enseñanza y participando en el Directorio Estudiantil Revolucionario.
Su ejemplo es una guía imperecedera de estos tiempos, combatió sin temor en todo momento, al precio de cualquier sacrificio.