Rubén Martínez Villena: revolucionario e intelectual justo

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Por Gislania Tamayo Cedeño | 21 diciembre, 2025 |
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Rubén Martínez Villena nació  hace 126 años, en Alquizar, en la actual provincia de Artemisa, su familia se trasladó a La Habana en 1905 desde donde jugó un papel relevante en las luchas revolucionarias de las décadas de 1920 y 1933.

Cursó la primaria en una escuela pública, y con solo 13 años ingresó en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. En 1916 se graduó de Bachiller en Ciencias y Letras y en septiembre del mismo año matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.

Fue protagonista de la Protesta de los 13, hecho encaminado a denunciar la corrupción del gobierno de Alfredo Zayas con la compra del Convento de Santa Clara.

Este suceso lo llevó a prisión. Y mientras era encarcelado injustamente escribía su poema denominado “Mensaje Lírico Civil” que dedicó al peruano Jaime Vidaurre, mostrando la profunda conciencia adquirida en las transformaciones de la lucha.

En este poema Villena expresa con indignación y pesar que… “Hace falta una carga para matar bribones/ para acabar la obra de las revoluciones/ para vengar los muertos que padecen ultraje/ para limpiar la costra tenaz del coloniaje. Para que la República se mantenga de si/ para cumplir el sueño de mármol de Martì (…)

Participa en el Primer Congreso Nacional de Estudiantes invitado por Julio Antonio Mella y luego en la fundación de la Universidad Popular José Martí, para la superación de la clase obrera en su lucha por las reclamaciones sociales.

Villena funda el Grupo Minorista, participa en la fundación de la Confederación Nacional Obrera de Cuba y del Primer Partido Marxista Leninista en 1925, logrando identificarse con el pensamiento del líder Julio Antonio Mella. Emplaza al tirano Machado al cual calificó de “Asno con Garras”, durante la huelga de Mella en prisión.

Funge como asesor legal de la Federación Obrera de La Habana y la Comisión Nacional Obrera de Cuba.

En 1928 es electo miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Viaja a la URSS como forma de escapar del terror que sobre él se desata y con el objetivo de tratar de curarse de la tuberculosis. Allí supo que su enfermedad era definitiva y regresa a Cuba.

A pesar de tener una salud quebrajada organizó y dirigió la Huelga General Revolucionaria que derroca a Machado el 12 de agosto de 1933.

Fallece el 16 de enero de 1934, a los 35 años, considerado un revolucionario e intelectual a toda prueba.

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