Voceros del hábitat

LA SOSTENIBLE EDUCACIÓN AMBIENTAL CONSTITUYE UNO DE LOS RESULTADOS DE GRANMA QUE AVALAN SU SEDE EN CUBA, DEL ACTO NACIONAL POR EL 5 DE JUNIO, DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE.
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Por Anaisis Hidalgo Rodríguez | 19 mayo, 2016 |
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FOTO Rafael Martínez Arias
FOTO / Rafael Martínez Arias

“El mundo sangra sin cesar de los crímenes que en él se cometen contra la naturaleza”, expresó José Martí (1853-1895) en su época,  cuando aun el deterioro del entorno no constituía el  problema ambiental que alarma al individuo del siglo XXI.


Hoy, mientras la naturaleza gime y los poderosos del orbe desoyen su lamento, desde la oriental provincia cubana de Granma se aprovecha el proceso de enseñanza para contribuir a la educación ambiental de los estudiantes.

Esta formación continua y permanente en las escuelas constituye uno de los logros de Granma que, junto a otros, la hicieron merecedora de la sede del acto nacional por el Día mundial del medioambiente, el 5 de junio.

A este propósito,  se suman, además, instituciones culturales, científicas y comunitarias preocupadas por los problemas ambientales, cuyas raíces parten de la conducta humana.

MANERAS DE CUIDAR

Las respuestas eran sencillas, mas, no dejaban de asombrar. Niños de primero a sexto grado contestaban al guía interrogantes como el nombre del Jardín botánico de Guisa y las versiones que lo sustentan .

A esta última, respondió Odilmar Fonseca Ruiz, de sexto grado: “Se llama Jardín botánico Cupaynicú por el árbol cupey y porque en la zona existieron asentamientos aborígenes del cacique Cupaynicú, aunque no está probado”.

Cuestiones menos peliagudas, como la importancia de evitar un incendio y especies frutales, maderables y medicinales, fueron rebatidas por sus homólogos de segundo y tercero, quienes corearon los símbolos naturales de Cuba.

Así es un día común en el botánico Cupaynicú, institución que impacta en la formación de la comunidad Los Mameyes,  a cinco kilómetros de la cabecera municipal de Guisa y elevada a 125 metros sobre el nivel del mar.

Este binomio educativo con la escuela de la  Enseñanza Primaria Julio Antonio Mella, muestran el conocimiento adquirido, si desde edades tempranas las instituciones se insertan en la comunidad.

Según Juan Ariel Quesada Pérez, instructor guía del Botánico, ellos sostienen círculos de interés sobre  las plantas medicinales, invasoras, y áreas protegidas.

Durante la travesía por los diferentes sitios, los educandos reciben información de estas  y las maneras de preservar algunas especies; aprenden a seleccionar la tierra idónea para plantar, rellenan las bolsitas de nailon y siembran.

Con la Enseñanza Media realizan estudios escalonados de plantas centenarias y bicentenarias, aspectos valorados por Quesada Pérez como imprescindibles, para formar desde la infancia un ser en armonía con el medioambiente.

“Resulta admirable cómo intercambian con los adultos y les explican lo necesario de preservar las especies. Es una educación que sirve de barrera si alguien pretende destruir el hábitat y una indudable vía para que protejan nuestro radio de acción”.

GUARDIANES DEL ENTORNO

Igualmente, especialistas de la Estación forestal de guardabosques se insertan a la comunidad, mediante matutinos y caminatas por sitios naturales con “copiosas” charlas didácticas y talleres sobre la salvaguarda del entorno.

Reidel Garcés Mendoza, técnico de nivel medio de Trabajo Territorial, en Guisa, explica que como resultado de la campaña de prevención contra incendios forestales, el botánico no registra ningún desastre natural.

“Solo se han dado talas ilícitas, que conllevaron a multas, y dos ciudadanos resultaron sancionados a privación de libertad por talar  árboles del área protegida.

Los individuos fueron detectados gracias a un programa operativo exclusivo para el jardín, que imbrica la comunicación entre este, la guardia operativa y la patrulla.

Sin embargo, el primer paso siempre será fomentar desde todas las aristas posibles el amor hacia la naturaleza y el respeto por las diferentes especies de la flora y la fauna.

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