Los agradecidos acompañan a Fidel por tierras holguineras   

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Por Agencia Cubana de Noticias (ACN) | 2 diciembre, 2016 |
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Holguín.- Llegó otra  vez a su tierra natal el abuelo de aquellos que su edad apenas le permite conjugar las palabras para mostrar su cariño, llegó el padre, el hermano, el amigo que todos sentimos cerca y al que volveremos una y otra vez para que continúe enrumbándonos en este mundo.   

Los agradecidos lo acompañan en su tránsito por Holguín como de toda Cuba en su camino hacia la inmortalidad,  porque su legado perdurará siempre en la memoria y en el actuar de su pueblo.

Hoy más que nunca estamos comprometidos con su obra porque la mejor manera de recordar a Fidel es que cada uno de nosotros sea
ejemplo en su actividad ya sea como trabajador de industrias, maestro,
médico, estudiante, ama de casa, no importa el oficio, lo importante es
seguir siendo el pueblo digno que él nos enseñó, enfatizó la
historiadora Adriana Suárez.

Para Pablo Alba, joven holguinero, solo los desagradecidos no ven la grandeza de su obra porque más allá de la política o el sistema social en el que quisimos vivir en la Mayor de las Antillas, su legado es por encima de todo humanitario.

El hecho de que no ha habido un solo tramo de la carretera desde su salida de La Habana, donde no hayan salido a rendirle tributo hombres, mujeres, niños y ancianos demuestran al mundo que no hay un
cubano que no tenga al Comandante en su corazón y enfatizó, “Fidel es
Cuba y nosotros somos Fidel”.

Como su inmensa estatura es el legado que nos dejó, ahora solo nos queda prometer que vivirá eternamente en la defensa de todas las causas justas del mundo, Fidel es nuestro, siempre lo ha sido y así será, expresó profundamente conmocionada la profesora Marisol Pérez.

Banderas, retratos y gritos de “Yo soy Fidel” marcan el recorrido de
Fidel por el territorio holguinero desde las inmediaciones al poblado de Buenaventura en el municipio de Calixto García, hasta Cacocum.

Hasta Siempre Comandante, sigue tu camino junto a Martí y a los mártires del Moncada, desde allí nos iluminarás el camino y nosotros, tus hijos, seguiremos cosechando triunfos para Cuba, la Cuba digna que tú nos enseñaste a forjar.

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