
Manzanillo. – Nadie, absolutamente nadie, quisiera que sus pequeños pasaran por el difícil instante de asistir a un hospital, experimentar junto a ellos la incertidumbre de los primeros análisis o las extensas jornadas de ingreso, pero contra la vida y sus obstáculos no se puede ir.
Ello muy bien lo sabe el colectivo de 32 especialistas entre doctores, enfermeras, técnicos, camilleras y auxiliares del servicio de emergencias y urgencias médicas pediátricas del hospital provincial infantil Hermanos Cordové, de esta costera ciudad, la primera área donde el cariño, el amor y la profesionalidad comienzan a adquirir grados superlativos.
Organización, responsabilidad y disciplina distinguen a los que laboran allí, la mejor sala del Hermanos Cordové, y con un significativo aporte al cero de mortalidad infantil que orgulloso exhibe el colectivo de la institución asistencial a 106 años de fundada.
La jefa de enfermería de ese servicio es la licenciada Dayrelis Cancio Causa: “Es importante que después que nosotros hayamos incidido en la enfermedad, o el estado de salud del paciente, él mismo con una sonrisa nos demuestre que se siente mejor, así como un gesto de afecto de los familiares. Es muy emotivo para nosotros.
Dayrelis manifiesta que es significativo conocer, preguntar e investigar para que el trabajo sea cada vez más efectivo y menos complejo, “porque te vas a enfrentar a algo desconocido y eso es lo gratificante, que te obliga a ser mejor cada día; es el orgullo, el placer de laborar en la pediatría constatar la recuperación de los infantes sin apenas decir una palabra. Sí, he crecido como persona y en el ámbito profesional también.”
Por su parte, la doctora Claritze Pérez Toledo, jefa del servicio manzanillero de emergencias y urgencias médicas pediátricas pondera la trascendencia del método clínico, confirma que los padecimientos respiratorios, diarreicos, las infecciones de la piel, los accidentes en el hogar y las convulsiones son los más frecuentes y distingue el quehacer del equipo donde todos son importantes.
“Implica esfuerzo, dedicación y sacrificio, pero hay algo muy importante: siempre que se trabaja con amor las tareas salen bien. Somos muy consagrados, el equipo de emergencias, una familia donde todos somos importantes, colaboramos y seguimos adelante.”
Nadie quisiera que los niños pasen por el trance de algún padecimiento, pero gratifica y conforta que desde emergencias y urgencias médicas pediátricas comiencen los desvelos profesionales porque a los rostros de la inocencia regresen la sonrisa, la salud y la vida.