Abdala constituye la primera obra de teatro escrita por José Martí cuando tenía 15 años, se publicó el 23 de enero de 1869 hace 154 años en el primer y único número del periódico La Patria Libre creado por él y que fuera impreso en la imprenta y librería “El Iris” en la calle Obispo números 20 y 22, en La Habana.
La Habana esa mañana vivía una situación agitada desde la noche del 21 de enero, día en que se presentó en el teatro Villanueva una obra, en la que se lanzó una frase que favorecía a los cubanos y al líder independentista Carlos Manuel de Céspedes.
El primer y único número de La Patria Libre pasaba de mano en mano entre los habaneros con varios artículos de interés. Pero entre ellos sobresalía uno que ha perdurado en el tiempo. El poema Abdala.
La parte inicial del drama se centra en que un senador le comenta a Abdala que un conquistador amenaza con ocupar el territorio de Nubia, un pequeño país africano que había sido invadido por los árabes.
El joven Abdala reacciona rápidamente y responde con firmeza:
Pues decidle al tirano que en la Nubia/
Hay un héroe por veinte de sus lanzas:/
/ Que del aire se atreva a hacerse dueño
/ Que el fuego a los hogares hace falta
/ Que la tierra la compre con su sangre
/ Que el agua ha de mezclarse con sus lágrimas.
Cuando se publica Abdala ya en Cuba se combatía desde el 10 de octubre de 1868 contra España por alcanzar la independencia.
Martí esboza en sus versos, el conflicto del hombre contra sus semejantes y el dilema entre el amor maternal y el de la Patria, como guías de la trama que, además, ofrece una visión anticipada de su propia vida porque con el pasar del tiempo él se impuso a contrariedades en su seno familiar, motivado por la supremacía que daba a la lucha por la independencia de Cuba.
Representa un texto de amor a la Patria de un joven de Nubia, región de Sudán al sur de Egipto, donde por vez primera en la literatura cubana un negro es el héroe que encarna virtudes patrióticas y militares.
Abdala, nombre del príncipe guerrero, está dispuesto a sacrificar su vida en aras de lograr la libertad de su tierra, y aun cuando su madre le suplica que no parta a la guerra, con palabras encendidas le responde:
El amor madre, a la patria
no es el amor ridículo a la tierra,
ni la yerba que pisan nuestras plantas:
es el odio invencible a quien la oprime,
es el rencor eterno a quien la ataca…
Martí sintió a Abdala dentro de sí mismo. Como expresan los versos del poema… ¡Oh, que dulce es morir cuando se muere / Luchando audaz por defender la patria!
El crítico Rine Leal refiere: «“Abdala” es un poema dramático de hondo sentido independentista, a pesar de la estratagema que el autor utiliza para alejarla en tiempo y espacio de la Cuba insurgente. Como obra teatral, el poema es breve, directo, sencillo en su desarrollo dramático, apenas el climax de una situación rápidamente expuesta, pero debemos admirar el sentido épico que el joven autor de dieciséis años confiere a su mate
Martí y Abdala, unidos supieron luchar y morir en defensa de su Patria.