
Nunca antes, Samuel Alexis Palencia Moreno había necesitado un abrazo tan fuerte y entrañable, como el de este viernes, a su regreso de Williamsport, Estados Unidos.
Tal vez el mismo que deseó, el pasado día 19, al saberse el primer pitcher que ganaba por Cuba un juego de la Serie Mundial de Pequeñas Ligas de Béisbol.
Nunca antes, sufrió tanto la ausencia de su mamá: 15 días que parecían interminables, sin imaginar que –a sus escasos 12 años de edad- vivía una experiencia irrepetible.
Nunca antes, se sintió tan afortunado, ni cuando el pasado mes de marzo y frente a la afición que abarrotó el beisbolito Manuel Alarcón Reina, fue artífice en la coronación de su equipo Bayamo, en el III Campeonato nacional.
Palencia quizás no interioriza todavía el tremendo suceso que acaba de protagonizar por tierras estadounidenses, junto a compañeros y entrenadores: estrenar a la Mayor de las Antillas en estos eventos.
Cuando crezca, lo comprenderá, aunque su conjunto haya quedado eliminado en el torneo, que este domingo se decide.
De hecho, también le cuesta entender el porqué de esa multitud volcada a las principales calles de la ciudad o en la Plaza de la Revolución, para aplaudirlos y darles la bienvenida.
Por supuesto, él estuvo entre los reconocidos especialmente, al igual que Edgar Yonathan Torres Caballero, Luis Alejandro Aparicio Rondón, Liusban Sánchez Rodríguez y Jonathan Yonel López Estrada, aunque todos ya conquistaron un lugar en la historia del béisbol cubano.