El 12 de noviembre de 1901 nació la destacada escritora cubana Reneé Méndez Capote, (la cubanita que nació con el siglo).
Fue ensayista, traductora, y escribió literatura infantil, cuentos, ensayos y textos autobiográficos. Desarrolló una amplia labor periodística en publicaciones como Diario de la Marina, La Gaceta de Cuba, Revolución y Cultura, Unión y Juventud Rebelde, además de las revistas Bohemia, Social y Mujeres y el semanario Pionero.
En muchas ocasiones firmó sus trabajos con los seudónimos Io-san, Berenguela y Suzanne.
Junto a Berta Arocena de Martínez Márquez, fue una de las fundadoras del Lyceum, el primero de diciembre de 1928, una importante organización feminista caracterizada por sus intereses intelectuales y culturales, a la vez que abogó por el voto femenino, se transformó en una institución lobista en el parlamento de Cuba y organizó diversos eventos feministas en la isla.
Entre sus volúmenes de ensayos se destacan Oratoria cubana (1926), Lento desarrollo de la Cuba colonial (1978), y entre las biografías Domingo Méndez Capote. El hombre civil del 95 (1957), Ché: comandante del alba (1977) y El niño que sentía crecer la hierba (1981).
Maestra en el arte de colorear con palabras las tradiciones nacionales, de fotografiar a través de la literatura a nuestra sociedad, Renée Méndez Capote -cubanita “rebelde y vigorosa” como ella misma se describió-fue dueña de una agudeza y precisión en la narrativa que consiguen hacernos caminar por el Bayamo devorado por el fuego y sentir los olores de las casas ardiendo en llamas.
Escritora sublime, cubana de raíces bien sembradas y nutridas con el acicate de su padre, Domingo Méndez Capote, vicepresidente de la República en Armas en 1898 y Presidente de la Asamblea Constituyente en 1901, su obra vive allí donde la cubania es más pura.