
LA VIDA DEDICADA A LA ENSEÑANZA DE LA GUITARRA ES EL PRINCIPAL AVAL DE UNA PROFESORA-INSTRUMENTISTA QUE OSTENTA LA DISTINCIÓN RAÚL GÓMEZ GARCÍA Y EL PREMIO PROVINCIAL DE LA ENSEÑANZA ARTISTICA
Amanece en Bayamo. Alguien pulsa las cuerdas de una guitarra y como aroma de café recién colado me llega el estímulo, detengo los pasos, la escucho y atraído por las sonoridades sutiles de su guitarra me acerco y la descubro.
¿Cómo le llega a Odalis Rosa Rodríguez Villavicencio la pasión por la música?
-Mi padre, Rogelio Rodríguez Batista, luthiers empírico y amante de la música, integraba el dúo Gema, junto a mi tío Edilberto Rodríguez Batista, por ese tiempo editor-grabador de Radio Bayamo.
“Tocaba diariamente la guitara en casa y de él aprendí los primeros acordes”.
-Cuénteme la historia.
-Cursaba el quinto grado cuando realicé el examen para ingresar en el centro de música de la ciudad. Luego acudí a la academia de El Yarey, en la que permanecí dos años, de ahí a la Escuela nacional de instructores de arte, en La Habana, para completar el tercero y cuarto período de esa especialidad.
“Retorné a El Yarey, esta vez como profesora, etapa en la que el Centro Nacional para la Enseñanza Artística abrió un curso de titulación, formalicé matrícula y egresé del nivel Medio Superior en guitarra.
“En 1996 volví a mi ciudad para trabajar en la Elemental de música Rafael Cabrera. La de El Yarey se trasladó para La Hacienda, en Bayamo, se fusionaron esos planteles hasta que inauguraron la Escuela profesional de arte Manuel Muñoz Cedeño, en la que me mantengo”.
-¿Qué le representa la academia?
-Me encanta enseñar, sobre todo a los niños más pequeños, esos que nunca tuvieron entre sus manos una guitarra, hasta presentarlos al pase de nivel. Es el gozo mayor que tengo en mi segundo hogar, donde he permanecido los mejores años de mi vida.
“Aportar, modestamente, a la formación musical de tantos músicos destacados en agrupaciones dentro y fuera del país y que me recuerdan con amor, resulta una satisfacción enorme”.
-¿Y como instrumentista profesional?
-Ocasionalmente integraba dúos y tríos con profesores del centro, cuyos proyectos nunca cristalizaron sus pretensiones.
“Desde hace algunos años integro la orquesta de guitarras Lira bayamesa, junto a varios músicos que también ayudé a formar. Es lo más hermoso que puede sucederle a cualquier educador”.
-¿Otros acordes?
-La música al igual que mi familia siempre me acompaña, disfruto esos momentos de placer y alegría. Dame seis cuerdas y seré feliz.
Cesa el arpegio musical y me despido. El bullicio cotidiano del barrio delata el otro mundo particular del vecindario, mientras en el interior de una casa alguien pulsa las cuerdas de una guitarra tan estimulante como aroma del café recién colado.