
La Habana, -Cuba enamoró al activista británico Rob Miller en 1978 cuando participó en el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes efectuado en La Habana.
Desde entonces y hasta hoy, la nación caribeña le inspira solidaridad y defensa ante el mundo, y en cambio, le devuelve gratitud por llevar a su país la verdad y realidad cubanas.
Tengo un afecto grande por este pueblo que ha resistido el bloqueo de Estados Unidos, confesó a Prensa Latina.
Miller dirige la Campaña de Solidaridad con Cuba en el Reino Unido, donde no deja de explicar que esa política afecta a las familias.
Actualmente la integran más de cuatro mil miembros individuales y cerca de 23 sindicatos que suman alrededor de cuatro millones de seguidoras en todo el país.
Así «influenciamos en el gobierno porque estos trabajadores tienen relación permanente con el Partido Laborista».
Miller está a Cuba acompañado por 32 jóvenes sindicalistas británicos donde participaron en el Encuentro Internacional de Solidaridad, realizado en La Habana.
Aseveró que la misión del grupo es compartir con sus colegas las experiencias vividas en este país, que hace 62 años enfrenta el bloqueo impuesto por las sucesivas administraciones estadounidenses.
«Es la forma que tenemos para incrementar la solidaridad», confesó, y aseguró que «Cuba es chiquita pero tiene una imagen muy fuerte en el Reino Unido».
Sobre la guerra mediática que los enemigos de la Revolución cubana intentan desarrollar en las redes sociales, el activista aseguró que es difícil influenciar en la mayoría de los medios de prensa británicos, pero la fuerza de los sindicatos permite mostrar realidades y logros de la nación caribeña.
Miller comentó que «el bloqueo es increíble y afecta también nuestra dignidad».
Ejemplificó que en los últimos meses el grupo de solidaridad reunió recursos para apoyar en el enfrentamiento a la Covid-19, y expresó que en varias ocasiones, al pagar en bancos extranjeros, les fue negada la acción «porque esa ayuda era para Cuba».
Definió el bloqueo como una política de estrangulación, y dijo que, a pesar de su alcance extraterritorial, la campaña británica de solidaridad no dejará de luchar junto al pueblo cubano, que son «gente buena, inteligente y educada».