Un actor en la platea

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Por Luis Carlos Frómeta Agüero | 1 abril, 2024 |
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Foto CUBAESCENA

LA JORNADA POR EL DÍA MUNDIAL DEL TEATRO, INICIADA EL 27 DE ESTE MES, CULMINA HOY. EN REPRESENTACIÓN DEL GREMIO, ES LA SIGUIENTE HISTORIA DE VIDA DE UN GRANMENSE EN LA ESCENA NACIONAL

Miguel Orestes Benavides Chávez, Miguel Benavides, o El Negro, familiarmente llamado, fue un manzanillero nacido el 10 de septiembre de 1939 que, desde muy joven, se enfrentó a la gran disyuntiva de sus años mozos: ejercer como médico o dedicarse a la actuación.

Por la salud de todos, concilió ambos intereses y brilló como actor de recia estampa en las tablas, la pequeña pantalla y el cine, hasta convertirse en una de las figuras más prominentes de la escena y los filmes cubanos.

Así lo recordamos en medio de la décima edición del Festival itinerante de cine comunitario, Benavides se inició en las labores artísticas en 1960, como parte del coro Polifónico Nacional, en la cuerda de bajo, y estudió en la Escuela Municipal de Artes Dramáticas de La Habana. Al siguiente año, luego de someterse a un casting, lo seleccionaron para su primera película: Crónicas cubanas.

Aunque quiso compatibilizar los estudios de Medicina con su pasión artística, le fue imposible; en su segundo largometraje: La decisión, rodado íntegramente en Santiago de Cuba, tuvo que repetir el tercer año de la carrera, seguido de otras incidencias pedagógicas, hasta graduarse en 1979.

Disfrutó años de intenso ajetreo: integró el grupo Teatro de Ensayo Ocuje, llegó a los campamentos de las Brigadas Juveniles del Trabajo, en Camagüey, compartió funciones con textos de José Martí y luego transitó por el Teatro Popular Latinoamericano.

Realizó cursos de verano en universidades españolas con Natalia Bolívar, Lázaro Ros, Tato Quiñones, se evaluó como actor. Años después, alcanzó la condición de primer nivel, como actor, y jamás olvidó el inseparable apego a la bicentenaria ciudad que lo abrazó desde el alumbramiento.

Recuerdo sus particulares dotes humorísticos, la preferencia por el te y el bautismo de ron, para no santificarlo, la admiración por las actrices cubanas Asenneth Rodríguez, Daysi Granados y los encuentros con aficionados al teatro, en Manzanillo, a quienes transmitió consejos y experiencias.

Benavides, quien durante más de tres décadas aportó esplendor al arte dramático nacional, dejó su impronta en memorables puestas en escena: María Antonia, Yerma, Ocuje dice a Martí, Divinas Palabras, La Chacota, La Piedra de Elliot, La Celestina…

La TV le abrió espacios protagónicos en seriales, como Hermanos, Cuando el agua regresa a la tierra, Salir de noche y el cine le extendió la mano en memorables filmes: El otro Francisco, La odisea del general José, Ustedes tienen a palabra, Retrato de Teresa, Plácido, El hombre de Maisinicú…

Obtuvo el Premio de actuación masculina en el IX Festival Internacional de Cine de Moscú, por la obra El otro Francisco, del director cubano Sergio Giral.

LAURO INESPERADO

El Miguel Benavides es el premio anual a la Excelencia interpretativa, el mayor reconocimiento que otorga el Consejo de las artes escénicas en Granma, a actores y actrices con notable desenvolvimiento en la escena, iniciativa del grupo de Teatro Alas D’ Cuba, que inmortaliza al singular manzanillero.

ESCENA FINAL

Benavides, quien se enfrentó a la disyuntiva de sus años mozos: ejercer como médico o dedicarse a la actuación, en su terruño, el 14 de julio de 2008.

A él dedicamos nuestro aforismo: “La vida no es más que un interminable ensayo, de una obra que jamás se va a estrenar”.

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