
Los agrocañeros de la provincia de Granma tienen ante sí el reto de ponerse las pilas para culminar su reajustado plan de siembra, y sobre todo entregar la caña con la calidad que requieren sus bolsillos y las fábricas de azúcar.
Esas acciones deberán materializarse a despecho de inconstancias climáticas, con el aprovechamiento de los recursos locales y el consiguiente ahorro de portadores energéticos.
En la parte industrial, los directivos del ramo imprimen una cada vez más necesaria motivación a obreros, técnicos y personal de apoyo, algunos como los industriales del ingenio Enidio Díaz, ya se sienten en zafra, allí pruebas y ejercicios no cesan.
En general, aún faltan ciertos recursos que exigirán nuevos esfuerzos y estudios, pero lo primordial por parte de los directivos de la Empresa Azucarera es seguirles el rastro, guapearlos hasta donde sea.
El reto es grande, mejor aún, gigantesco, los agroindustriales de Campechuela planean comenzar operaciones el venidero 18 de ese mes, lo cual les exigirá un esfuerzo extra, pero dos centrales más de los cuatro que molerán en la provincia iniciarán operaciones en el penúltimo mes del año, un caso insólito en la venidera campaña.
Para entonces se implementará un nuevo sistema de pago para los cosecheros en dependencia de la calidad de la gramínea, sustentada en la utilización de sondas “muestreadoras”, para determinar la calidad de la caña individualmente por productor y eso les permitirá una ganancia monetaria en dependencia de la calidad de la materia prima, o todo lo contrario: eso puede llevar la economía individual o colectiva al piso, no hay otra alternativa sino entregar caña “de la buena”.
Igualmente, la “bienhechora” calidad de la gramínea redundaría en la elevación del rendimiento industrial con mayores beneficios para los trabajadores fabriles, pero si la materia prima viene mala, los centrales se dañan y eso es todo lo contrario de lo que necesita la economía granmense y del país.
Por tanto ese abrazo conjunto de surco y maquinaria agrícola y fabril tiene que ser “sincero” cariñoso para que el resultado sea el mejor.