
Durante el 2024, año de sumas complejidades y limitaciones económicas, el sector de educación en Bartolomé Masó ahorró al presupuesto del estado un saldo superior a los 5 millones de pesos por concepto de producción de alimentos desde sus áreas de autoconsumo escolar.
Ello no es el resultado de un intensivo ni de una campaña aislada, se trata de un trabajo sostenido que se fundamenta en las metas y proyecciones de la implementación de la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional en el territorio, comentó el Máster en Ciencias Juan Alfredo Corcoles Mojena, director general de Educación en este montañoso municipio granmense.
El compromiso del sector educativo va más allá del ahorro, precisó, se trata de desarrollar diversas labores educativas y formativas, dirigidas a docentes y estudiantes, con el objetivo de fomentar una dieta nutritiva y variada, así como una cultura alimentaria integral.
“Para ello desarrollamos talleres sobre la importancia de consumir frutas y verduras frescas, así como la implementación de programas de educación alimentaria que enseñan a los estudiantes sobre la preparación de comidas saludables utilizando productos cultivados en sus propias fincas y huertos”.
“Además, se promueve el uso de la agricultura sostenible mediante prácticas agroecológicas, lo que no solo contribuye a la producción de alimentos sanos, sino que también educa a las nuevas generaciones sobre la importancia de cuidar el medio ambiente”.
Un referente productivo en este esfuerzo lo constituye el Instituto Politécnico Agropecuario (IPA): Capitán Arsenio Carbonell Vázquez, ubicado en la Unidad #8 de la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, este centro educativo destaca no solo por la extensión de sus áreas y la variedad de los cultivos que allí se implementan, sino también por ser un impulsor de novedosas experiencias productivas y por la aplicación progresiva de la ciencia y la innovación tecnológica en sus prácticas agrícolas, apuntó Corcoles.
El sector educacional masoense cuenta con más de 100 hectáreas de tierra, donde se incluyen áreas internas, fincas, huertos y parcelas, espacios donde se materializa el principio martiano de vincular el estudio con el trabajo, permitiendo a los estudiantes aprender y aplicar conocimientos en un entorno práctico que beneficia tanto su formación como su nutrición.
Con estas iniciativas, Bartolomé Masó no solo se posiciona como un ejemplo en el ámbito educativo, sino que también reafirma su compromiso con el desarrollo sostenible y la salud de su población.