
Juan Guaidó anda por Europa en una desesperada gira para ganar apoyo para “su” causa, pero ya en Londres a pesar del espaldarazo oficial, percibió el rechazo del activismo pro-venezolano.
Si en su país ya nadie quiere saber del político devenido acróbata, muchos se preguntan por qué los yanquis lo apuntalan como a un mono de cartón, aún contra todas las evidencias en su contra.
Las razones sobran. Evidentemente lo hacen sedimentarlo como otro elegido, un dechado de virtudes, en pos de mantener la concordia y prosperidad en esa noble tierra.
El ingeniero es visible solo porque así lo “venden” las trasnacionales de la información y sus subsidiarias latinoamericanas.
Pero si fue alguien, ya no lo es, el mundo vio como en una acalorada discusión los miembros del Parlamento Venezolano (en desacato) lo repudiaron.
Guaidó afirmó ser víctima de un golpe de estado ¿qué golpe, qué estado?, ¿en serio cree que sus repetidas autoproclamaciones sirvieron de algo? Sí, ¡para desenmascararlo!
Pero los norteños no quieren saber de este desprecio, a ellos les conviene ese caldo turbio cocinado por su títere a cada paso.
Ahora hay un nuevo presidente de la Asamblea Nacional (sigue en desacato) pero al emergente Luis Eduardo Parra no lo quieren los yanquis pues desea un camino venezolano para el progreso.
Parra fue un antiguo miembro del partido Primero justicia, pero él y sus seguidores se cansaron de los mal disimulados actos de delincuencia común del hombre de la boca grande y mentirosa.
Todo el domingo 5 de enero último fue una maquinación: Guaidó fue grabado en las afueras, sin entrar al Parlamento para impedir el inicio de la sesión y dijo ser bloqueado, pero globalmente pudo apreciarse como la guardia bolivariana, en este caso mujeres, no impidieron la entrada a nadie.
Él en cambio intentaba trepar por las rejas y es doblemente notable que la Santa Biblia refiere comportamientos así en Juan 10:1.
“En verdad, en verdad os digo: quien no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador”.
Los parlamentarios se declararon en rebeldía contra Guaidó por haber utilizado la presidencia del parlamento como un proyecto personal para enriquecerse y enumeraron los robos millonarios del comediante pro-norteamericano.
“(…) Fuiste la esperanza del país, hoy eres la mayor decepción, pudiste ser el futuro, pero hoy eres y serás el pasado, fuiste un sueño convertido en pesadilla, Juan Guaidó a partir de hoy tu tiempo terminó”, indicó el diputado opositor de derecha, José Brito.
El rey del auto bombo, fuera de la sede del Parlamento, ante diputados vía internet, en usurpación de todo lo legítimo se autoproclamó presidente del parlamento y de la presidencia venezolana, ¡le zumba el merequetén!
Su contrahecha presidencia se consolida como única estrategia trumpista pese a los múltiples fracasos durante 2019.
Esas son las payasadas del “hombre de plastilina” quien solo les interesa a los dueños del circo, (Trump, Mike Pompeo, Elliot Abrams y otros halcones)… a algunos accionistas, perdón quisimos decir represores como Iván Duque y Sebastián Piñera; los golpistas de Ecuador y Bolivia y algún otro trasnochado.
Este comentario no pretende demonizar a Guaidó, él solo se las arregla para que sepan de su mala calidad humana… a manos viene aquel dicho y de buena tinta los pueblos pueden emplearlo: ¡“Conocemos al pájaro por la cag….”!